¡BASTA YA!

Resulta un suceso muy explícito lo que sucedió hace unos pocos días, en el vestíbulo de un aeropuerto español. Fue que por encima del lógico ruido, muchas gentes hablando y carritos en movimiento, sonó con inusitada cantidad de decibelios un adjetivo calificativo: ¡Sinvergüenza!, al que la única persona que atendió volviendo el rostro hacia el sonido fue la vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz. ¿Qué pasa, titi? Si, lo tienen asumido y lo utilizan con orgullo y fruición, como la mejor de sus “virtudes”.

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Sería buena cosa que todos bajemos la cabeza; nos diésemos golpes en el pecho -mea culpa, mea culpa- y reconociésemos que todos somos culpables; todos pecamos de desidia, desde el mismísimo jefe del Estado, hasta mí, que posiblemente sea el español menos importante, pero no por eso el menos culpable. Está claro que si el maligno espécimen humano continúa en la Moncloa, y hasta parece que jamás piensa en marchar de allí es porque no hay nadie -todos estamos condoliéndonos lamiéndonos las heridas por los daños recibidos-, que rechazando el castigo y recuperando los valores “del 36”, esté dispuesto a jugarse los cojones sobre el tapete en un envite al grito de ¡Basta ya!

Nadie está hablando de reyerta armada, bastante hemos tenido durante muchos años con los asesinatos llevados a cabo por los hijoputas del separatismo vasco y catalán, sin olvidarnos de los que aportaron los hijoputas socialistas en el Poder, “Obra de Arte” realizada por los asesinos de la banda del “señor X”: el GAL.

La actual situación por la que estamos caminando ya esta fuera, lo estamos de continuo viendo, de poder ser solucionada por la mano de los actuales partidos políticos, la mayoría porque viven muy bien en la alternancia y otro -el único- Vox, porque aquellos en comunión con “el Clero” y “el Capital”, no se lo permiten.

Entonces… ¿qué?

La esperanza es que se ponga en movimiento LA JUSTICIA. Que la gente capacitada en vez de simplemente criticar señalando los males y deslealtades que está creando este Gobierno y sus consecuencias en el corto, medio y largo plazo, se encuentren para hacer grupo (jueces, fiscales, abogados, catedráticos, periodistas, escritores, empresarios y en general todas las personas decentes, también, como no podría ser de otra manera, policías, guardias civiles y militares, porque todos hemos de aportar) para exigir la inmediata dimisión de esta turba.

¡Ojo! Que va a por los jueces y medios de información. Después…

Eloy R. Mirayo.