MOSAICO "MIRONIANO".

El "mironiano" mosaico en el que estas gentuzas han convertido a España, es una obra chunga que está consiguiendo separar, no sólo a los habitantes de las distintas provincias que conforman las autonomías, que también afecta a los habitantes de sus pueblos limítrofes de la misma provincia y, hasta entre sí, a los miembros de las familias, en la totalidad del territorio nacional, que conviven en el mismo domicilio.

El variopinto gobierno de la nación, en deserción gubernativa rápidamente -pero no tanto que le impidiera dejar una dolorosa  huella de muertos, hospitales superados en sus capacidades y en sus posibilidades de atención y maltrecha la economía nacional- dejó en manos de los gobiernillos  autonómicos, en los más de los casos, encabezados por políticos llegados de cualquier manera, de sabe Dios desde que dudosa procedencia, de muy escasa preparación científica y revestidos de excesiva autovaloración, que no se justifica ante los resultados tan trágicos -75.459 (dudosa cifra oficial), 3.284. 353 infectados- como los que se están cosechando ante la pandemia del Covid-19. 

No parece que sea el trabajo lo que pudiera acabar con la vida del presidente Sánchez, es lo que parece ser que circula por los mentideros del reino. Hay quienes dicen que, para ampliar su comodidad, también ha entregando sin discusión, en manos de Europa, la herramienta que él debería haber usado para lograr la llegada de la adecuada cantidad de las necesarias vacunas para derrotar al virus. Y, mira tú por dónde, eso es otra de tantísimas cosas que tampoco funciona como debiera, razón por la que son tan bajas las cifras de personas vacunadas. En eso, no son las autoridades autonómicas las culpables, como está tratando de decir desvergonzadamente el gobierno, intentando ante la opinión pública lanzar las culpas a los gobiernos autónomos, especialmente sobre las espaldas de Madrid. Responsabilidad que debiera recaer exclusivamente sobre Pedro Sánchez y sobre el gobierno más numeroso que jamás haya tenido España que, para compensar, además de ser el más caro, también es el menos eficiente. ¡Así nos va!.

Ante los extraños resultados de las distintas formas de proceder ante la pandemia -la vírica, en otro momento hablaremos de la pandemia "Sanchezlista"- alguien debería tener a bien explicarnos si las diferencias en la forma de joder al personal bajo su mando vienen por el simple motivo de que la autonomía tal está enclavada en el norte del mapa; la cual economía se mueve a su aire por recibir los efluvios marinos del Mediterráneo; otra de las autonomías viene haciendo lo propio -también joder al personal-, lo que le sale de los... pliegues de sus calzoncillos por ser Nacionalidad Histórica (histórica e histéricamente separatista anti español, con licencia gubernamental); otra de las forzadas autonomías, quizás con un criterio más cercano a lo ideal, teniendo en cuenta el desconocimiento a nivel mundial que aún se tiene de lo que es el Covid-19, se dedica, no sólo a lo sanitario, como pareciera que hacen otros, que al tiempo se entretiene en ayudar, dentro de sus limitadas fuerzas, aún en contra de la mayoría del resto de autonopresidentes, a las empresa de restauración, turismo y hostelería, intentando sujetar la economía que está bajo su responsabilidad.

El covid-19 lleva, reconocido públicamente -antes ya lo sabían en este gobierno- algo más de un año, y lo que ha quedado claro es que la casi totalidad de estos políticos son tan insolventes como el papel higiénico de una sola capa que, sin siquiera llegar a romperse, por pura filtración, el usuario siempre acaba por limpiarse el ano (culo en castellano), como lo hacen en algún país africano, con los tres dedos centrales de la mano. En casa le usamos reforzado.

Eloy R. Mirayo.