jueves, 27 de marzo de 2025

NUESTRA SEÑORA DE LA DEMOCRACIA.

Es mundialmente adorada como si fuera una virgen: nuestra señora de la Democracia, cuando está demostrado (por socialistas de fuste como “el Tito” … Si; ese) que la muy jodida es más puta que las gallinas del tío Rogelio.

Bajo su venerado velo protector, gentes nacidas de todas las razas -principio democrático, progresista e integrador- que pisan la Tierra, han “levantado” enormes fortunas, al tiempo que iban sumiendo en la ruina y condenado al hambre a millones de seres humanos. Pero el caso es que a pesar de haber llegado a ser mil veces multimillonarios aún, esos hijos de puta insatisfechos, continúan en el empeño de seguir amontonando riqueza aduciendo que aquella miseria que “mortifica su corazón”, representa el calculado daño colateral que justifica el Progreso.

Pero no es solamente ese sacerdocio el “bendecido” por Nuestra Señora de la Democracia, que también cubiertos por tan confortable manto e  igualmente benditos, ¡viven puta madre Robert Redford! Los políticos, así, con semejante palabreja se les conoce, portando el aval de la “santísima”, suelen ser hijos e hijas propios nacidos de su promiscuo ano, culo en castellano. Ahí está la historia que nos cuenta que esas frailunas criaturas nacieron, nacen y seguirán naciendo por muchos siglos que pasen, como purga contra los pecados de, personalidad alegre, de disfrutes lúdicos, de alegría de vivir, y de ir donde le apetezca, beber –con moderación- y comer lo que el bolsillo le aguante- y, si viene al caso echar un polvete y fumarse un cigarro sin que nadie le venga a tocar los cojones en que incurre la humanidad.

Eso, vivir con sencillez, en paz, seguridad y tranquilidad es conducta que los clérigos democráticos, al menos aquí, en nuestra amada patria, no están dispuestos a tolerar y, arropados por su credo nos tiene “regulados” nuestros antiguos derechos humanos, ahora “obligaciones democráticas”, de obligado cumplimiento para quienes vivimos en el respeto, y que permiten toda clase de delitos y el crimen como acción más grave que no resta a lo anterior, que varían según los intereses (que el vulgo inteligentemente tilda con buen tino de choriceo) que beneficien al cabrón que pilla el Poder, que permite los “afaneos” de su mujer, de su hermano, padres, tíos y demás familiares, amén de los sucios que enriquecen a sus amigos íntimos. 

Pero no es la Democracia Liberal una foto de inamovible estática, que llevan juntito al corazón los demócratas de todo el mundo, sino una religión laica que en su camaleónica adaptabilidad hasta la permitió presente al mundo en la Alemania sovietizada como “República Democrática”.

Pero es el mejor sistema de gobierno que…

¡Anda y que te jodan!

Eloy R. Mirayo.


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