Es muy posible que un día cualquiera se nos presente a los españoles al individuo que con un farolillo de zinc en la mano, pantalla de cristal, con mecha en su interior empapada en petróleo que ofreciendo prendida una oscilante y tenue luz en la oscuridad de la noche; deslizándose a hurtadillas, se dedicó a buscar (por desgracia encontró) a cuantos inútiles gilipollas, masculinos, femeninas o neutros, fueron necesarios para formar el gobierno que -¡cómo no podría ser de otra manera!- resultó, como una auténtica obra de arte, ser el gobierno más gilipollesco de cuantos gilipollescos gobiernos nos ha traído, que no fueron pocos, esta jodedora Democracia.
Y, quizás con su aparición en escena, lleguemos a enterarnos de qué hijo de mala madre recibió el menda del candil tan dañino encargo.
Tuvo que haber alguien muy interesado en alcanzar, para aumentar sus turbios beneficios, los resultados de los que "tanto estamos últimamente disfrutando los españoles".
No puede ser que de manera natural; por generación espontánea, se pueda llegar a llenar "el corral patrio" de tanta mierda; de tantísima miseria.
Alguien con muy malos instintos tiene que haberla echado, como el campesino, este con un buen fin, desparrama el estiércol sobre los surcos en la arada tierra para conseguir una mayor cosecha.
Porque ese modo de proceder, en diferentes escalas, no nos es desconocido; prácticamente todos lo estamos padeciendo, ya sea como empresario o como trabajador por cuenta ajena.
¿Con qué intención se han creado esas empresas "vendodetodo", que con escaparate You Tube en donde elegir cualquier cosa, la entregan en el propio domicilio?
Muy sencillo. Esas empresas, que no son tantas, y todos las conocemos, han sido creadas con la malsana intención de cargarse, en principio, toda clase de comercio, sin que que tenga importancia el nivel; lo es al detalle o mayorista.
Alguien desde la sucia Política, que es de donde provienen la totalidad de los grandes males a la humanidad, les ha vendido, en contante y muy sonante, la licencia para, impunemente, a la luz del día, asesinar ante la resignada mirada de todos los habitantes de este planeta, a la Competencia.
Consecuencia lógica de eso: la pobreza absoluta. Pobreza de la que solamente se librarán sus creadores; esos, los pocos que nos robaron todo, y aquellos que les sean necesarios para servirles y divertirles. ¡Ah¡ se me olvidaba, y también los esforzados ciclistas que les recuerde como se hicieron con todo, lo de todo.
¿Pedro Sánchez...? ¡No fotis, tú!
Eloy R. Mirayo.
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