lunes, 31 de mayo de 2021

"SANCHIRIZAR" LA JUSTICIA.

 Que coño pintará la Justicia y sus veladores, los jueces y fiscales en una democracia representativa, a lo bolivariano, en la que al presidente del Gobierno de la Nación, una pírrica nómina de votos propios, lo eligen y aseguran en el puesto los muy beneficiados chantajistas comunistas, los separatistas "golpistas" y medio pensionistas de Cataluña y Vascongadas, toda clase de rojos antisistema, unos cuantos gilipollas -no podrían faltar-, que lograron su escaño porque ponían en duda el conocimiento e insolidaridad general de los españoles en cuanto la existencia de su provincia y, hasta lo que avergonzaría a cualquier aspirante político decente a la presidencia de un gobierno como es debido, los terroristas cuya innoble presencia -pero no su mala baba- disimulan cubriéndose con una raída piel de cordero, que se la quitarían y volverían a su "ser", si la ocasión les fuera propicia, y aún conociendo que son así, por qué sirven de apoyo al mentiroso equilibrista, se les ha hecho hueco en el Congreso de los Diputados; lugar cada día que pasa más devaluado, que debería estar reservado solo para los mejores; los más capacitados; aquellos que sabrían como recuperar y mantener el puesto que a nivel mundial le corresponde a España. Lo que les agradeceríamos todos los españoles, desde nuestros contentos estómagos y nuestro abrigado cuerpo.

No creo que exista un solo país serio que no acate, cumpla y haga cumplir las sentencias de sus más altos tribunales. Da la sensación de que solamente España, con un gobierno "filo amadurado" es la excepción. Así es lo que vemos y sufrimos que nos está ocurriendo y de lo más preocupante es lo que amenazante gravita sobre nuestras cabezas, lo que resulta demostrativo de  una desvergüenza total. De una seguridad y aplomo malgastado en la mentira y el engaño digno de nobles empeños; materia de la que carecen.

No existe un precedente de hacer lo que "al Amo" le salga de los mismísimos cojones, ciscándose en las leyes vigentes y en las leyes morales, que se le acerque a lo que está pasando en este país, facsímil de lo que está ocurriendo en Venezuela y Cuba.

 Han sido capaces de constatar que su seguridad está en solfa -no por la la razón, que si lo está, pero a él, el puto amo, no le importa- amenazada por manejos chantajistas de los separatistas catalanes y, como buen tahúr y aventajado tramposo, se saca de la manga de su levita la carta chunga del indulto. Y, como su intento resulta que no se ajusta de ninguna de las maneras a la legalidad vigente, con la rapidez del rayo -como la rapidez con la que los carteristas "sacan" carteras en el Metro- pretende poder rebajar la tipificación del delito. Lo hace sin inmutarse lo más mínimo. Envanecido en su "Poder", por la inoperancia de la Oposición,  haciendo oídos sordos al clamor que se ha formado entre la inmensa mayoría de los españoles, entre los que se encuentran varios de los "barones" y otros muchos reconocidos socialistas, se ha decidido a emular al podólogo cirujano que operó el pie de la madrastra de "la Cenicienta", para intentar que le cupiera 


el pie en el delicado zapato de cristal. Así; de igual manera está dispuesto el lerdo este, a operar "los pieses" -hasta los de los prófugos de la Justicia Española-, rebañando juanetes, durezas y uñas retorcidas y clavadas de los imbecilizados delincuentes que montaron el grotesco proceso separatista en Cataluña (España, que a nadie se le olvide) aunque  su intento de "sanchirizar" la Justicia, por una vez y sin que sirva de precedente, desde Bruselas, no se lo permitieron. ¡Pues, por otro "atajo"! Él sigue intentando que todos esos pisa mierdas  pinreles sudorosos y fétidos les quepan en su amañada justicia. 

Pues cuidado ha de tener con el consejo del "Merlin de bolsillo" que le asesora en el palacete y, cuando vaya al water, no duerma sobres esos "laureles", pues el delicado zapato de cristal, por forzarle, reventó en el insensato intento, y el podólogo aún anda sacándose los cristales que se le clavaron en su rostro. 

No sé...no sé; este le tira tan duro que...

Eloy R. Mirayo.

 


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