martes, 23 de marzo de 2021

SETENTA Y DOS AÑOS DE SOSERÍA.

... Y se presenta haciendo alarde de sinceridad acusándose a sí mismo de ser soso. No, eso no vale; si de verdad quiere que los madrileños agradezcamos su humilde sinceridad, debería haber eliminado los dos siguientes adjetivos de auto valoración; y siga, siga usted escarbando en sus adentros, escarbe, escarbe, ya verá como encuentra ahí algo que no huele a rosas precisamente.

Don Ángel Gabilondo, sabrá Dios por qué motivo, ha decidido, como el Gran Houdini, hacer desaparecer de su currículum vitae, su pasado religioso, de hermano del Sagrado Corazón. Eso, hacer desaparecer de su currículum ("En el momento en que este culto atraviesa un período de oscuridad práctica; nuestro esfuerzo se dirige hacia una meta concreta: hacer ver que el culto al Corazón del Señor es moderno porque el Amor de Cristo nunca pasará de moda"), su vida religiosa es lo que suelen hacer todos cuantos habiendo estado dentro de la vida religiosa, frailes, sacerdotes o monjas, han sido capaces de, como Simón, el Pescador, renegar de Dios, llevándose consigo todo cuanto generosamente la organización eclesiástica les ha dado: desarrollo intelectual a través de su propia Filosofía: estudios de Teología Pastoral en Tejares, Salamanca; Teología Fundamental en Comillas, Santander. Algo que da la posibilidad de convalidar estudios que les sirvan para llegar a profesores universitarios (en este colegio impartió clases en Madrid, porque la verdad es que, como decía su hermana la monja misionera, Angelito es un "buscón" que tratando de encontrar ha viajado más que la maleta de La Piquer, y más tarde, sirviéndose de la política, como antes de la Iglesia, llegar a alcanzar un rectorado ¿verdad hermano Ángel?.  



El ex hermano corazonista Ángel Gabilondo, declara a los medios de difusión que ha dejado de ir a las iglesias para oír. Eso no deja de ser una de las vertientes del cinismo, expresado públicamente, buscando dar la faceta de persona que en ese preciso momento, izado a un ministerio por Zapatero, convenía dar al socialismo y, en general, a toda la izquierda: "tenéis que rendiros a mi, porque me he regenerado; dejado el hábito que me hacía monje, ahora me agarraré -para seguir chupando del bote, hay costumbres difíciles de erradicar-, a la rosa, como otro puño más". 

Ese podría haber sido el sentido discurso de toma de posesión en el salón principal de  la Sede de la calle de Ferráz, en Madrid, ante la plana mayor del socialismo ibérico (nada tiene que ver con el exquisito jamón del mismo paisanaje).



Lástima que no sea verdad eso de que los políticos en general (habrá quien pudiera hacerlo ¡ya lo sé, joer! pero que lo diga) desnuden su alma ante sus votantes diciéndoles de sus virtudes y sus defectos; sus conocimientos y sus desconocimientos y, ante esa imagen, las personas que han de ser sus "víctimas", si podrían elegir con escasa posibilidad de yerro a las personas más capacitadas y más honradas. Algo que en estos momentos se encuentra a millones de años luz de distancia.

Mala decisión del señor Gabilondo, volver a presentarse como candidato a la presidencia de la comunidad de Madrid. Setenta y dos años de sosería han de ser una pesada carga sobre los hombros, por muy vasco que se sea, solamente sobrellevable por seres grises y transparentes a las miradas ajenas pero, como de toda carga, la llegada de la senectud, debe ser el momento de descansar en paz. Piénsenselo, don Ángel. 

Eloy R. Mirayo.


No hay comentarios: