jueves, 11 de febrero de 2021

FRANCO NO NECESITA QUE SE HAGAN LAS COSAS POR ÉL.

Creo que el camino para la regeneración política de España y su recuperación económica no se transita tratando de convencer a todo el personal, y también al gentío, de que con don Francisco Franco, que fue el general mas joven del ejercito español y un gran Jefe de Estado -aun sin mejorar- se alcanzó a vivir con mas seguridad y bastante mejor de como se vive hoy, después del gran esfuerzo de haber sacado a los españoles de la profunda pobreza en la que les tuvieron sumergidos las ultimas monarquías borbónicas y sus políticos -de los que tenemos calco-  y que, con el mismo estilo, añadiendo el folclórico himno de Riego, continuó la Segunda República. República que vino a hundir a más profundidad la sanguinaria segunda República que comenzó siendo burguesa y termino siendo una sanguinaria sucursal  de la  dictadura soviética.

Pero no creo que a los parados ya reconocidos; a los que a decenas de miles irán incorporándose, los autónomos obligados a desaparecer, las industrias y los comercios clausurados, y los que por tan mala gestión gubernamental han de seguir sus pasos, no van a estar en mejores condiciones porque se les diga, poniéndoles los documentos acreditativos ante los ojos, que Francisco Franco, tomando en sus manos el día 1 de abril de 1939 una España saqueada por socialistas como Indalecio Prieto y comunistas como Juan Negrín, La Pasionaria y Carrillo, empobrecida y arrasada en el fragor de las muchas batallas y, a pesar de tener en contra toda Europa (menos Portugal), a la Unión Soviética, a la que humilló en el campo de batalla y, junto a los Estados Unidos de América, el resto del mundo, consiguió poner a esta Nación, ahora endeudada hasta el cuello y con la mano extendida para recoger la limosna de los países ricos de Europa, en el octavo puesto de los países mas industrializados, pudiendo codearse con los países mas ricos del Mundo, en lo internacional. 

En lo nacional, con la ayuda, el trabajo y la disciplinada dedicación de la casi totalidad de aquellos españoles, hizo posible que el trabajador español, con su esfuerzo, lograra, además de asegurarse la comida diaria, la propiedad de su vivienda y hasta -lo consiguieron muchísimos-, hacerse con una segunda vivienda en la playa, en la sierra -¡ni muchísimo menos que como la del Archicondeduque de Galapagar- o en los llanos. 

Solo la Republica Argentina del general Perón y de su esposa doña Eva Duarte, a la que los españoles -no solo sus contemporáneos- debemos tenerle agradecimiento eterno.

Por supuesto que las personas de bien jamás debemos olvidar cuales son nuestras raíces -yo las tengo presentes, tanto las familiares como las políticas-, pero lo que tampoco se debe hacer es, porque se esté  tan ensimismados en la hermosura de las raíces, caer en el olvido del árbol que, enteco por no haber recibido la atención necesaria, jamás pueda ser capaz de dar su fruto.

No conozco a nadie que alimente su cuerpo, lo vista, calce sus pies, cubra su cabeza con una boina y pague su hipoteca utilizando sus recuerdos, aunque fueran inmejorables, como moneda en curso legal. Más raro seria que hubiera alguien que lo aceptara como pago a sus servicios.

La moraleja es que, mientras no se encuentre para el comercio otras maneras menos prosaicas que las de "toma y daca", de inmemorial tiempo establecidas, si no se tiene dinero en la faltriquera, se estará en diarias ayunas, en vergonzantes porretas picás, descalzo, a juanete libre, aireada la calva y, como una obra de Chillida, expuesto en la puta calle, desahuciado por no haber cumplido con los pagos, engrosados por los intereses, al banco.  

Lo que piensa la inmensa mayoría de los españoles -los honestos, decentes y honrados; los políticos están en otras coordenadas más... laxas y productivas- muchos acechados por la ruina, otros luchando a brazo partido contra ella y los demás nadándola para mantener al menos la nariz por fuera, es que para regenerar la política nacional, más que airear actitudes y recuerdos de antiguos aciertos, que posiblemente hoy tratando de imponerles no darían resultado, es atacar con razones sólidas y soluciones comprensibles y adecuadas a los tiempos que corren, para todo aquello que se considera que no está funcionando, o que lo esta haciendo deficientemente. 

Que no se están haciendo bien las cosas y que es por culpa de esta Democracia y de los políticos criados a sus flácidos pechos, los que al amparo de sus sucias prendas interiores perfumadas de "chotuno" chalanean, como mercaderes del Hampa, es cosa que ya no se entra en discusión por nadie mínimamente inteligente que no sean insanamente interesados. 

Ah; se me olvidaba. Franco no necesita que se hagan las cosas por él.

Eloy R. Mirayo.




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