viernes, 8 de noviembre de 2019

LA SUTILEZA NO SERVIRÍA DE NADA.

Me dijeron que escribir con ironía hace más daño que utilizar la acritud y el insulto personal.
Pero pronto comprendí que las generalizaciones no abarcan la verdad absoluta ni mucho menos. Y que utilizar  la ironía para subrayar las gilipolleces que dicen y hace la mayoría de las lideresas y líderes de la izquierda (tanto los rojazos y rojazas como los y las rositas) resulta tan inútil, como rociar a una piara de cerdos con Chanel 5, a ellas y Hugo Boss a ellos; ya que sus deformados cerebros no dan para tanto.

Cuando se escribe con intención crítica, por estar al otro lado de lo que se quiere criticar vertiendo la propia opinión, lo mejor para ser entendido por quienes lo puedan leer, es conocer, hasta donde sea posible, de lo que se va a escribir o a la persona o grupo de personas de las que se quiere hacer crítica y, de esa manera, elegir estilo. 

Si yo quisiera escribir sobre la actuación de dos personas de ideología socialista, doña Rosa Díaz y Pedro Sánchez, debería hacerlo desde la perspectiva de lo que cada uno de ellos es capaz de ofertar hacia fuera; lo que ofrece el conjunto de sus actuaciones públicas, y de la que son publicadas para el conocimiento general.

Para hablar, pensando que pudiera leerme doña Rosa Díaz, si tuviera que hacer crítica de ella, intentaría que fuera seria, suave e inteligente, hasta donde puedo llegar, porque esa persona -por raro que pudiera parecer, por decir ser socialista-, es una mujer muy inteligente, valiente y con una capacidad de análisis (aconsejo escuchar a doña Rosa los viernes por la mañana, en el programa de Carlos Herrera, en la COPE) y tino político verdaderamente extraordinario, a pesar de que haya salido -¡mía tu!- pidiendo el voto para Pablo Casado. Intentar escribir de personas así, obliga a utilizar hasta el último átomo de inteligencia que uno pueda tener en el cerebro, si es que uno mismo se respeta. 

Por el contrario escribir sobre Pedro Sánchez, es infinitamente más relajado y relajante. Ni siquiera se necesita abrir totalmente la espita del ingenio; ni salir a rebuscar exhaustivamente por los periódicos, emisoras de radio o estudios televisivos. Al señor Sánchez, los motivos claramente criticables se le caen  como a las encinas se le caen las bellotas: en cuanto se mueven. 

La sensación es que caminando por la calle, caídas sobre las baldosas del suelo, uno se va a tropezar con más de una "sanjuaná" que se le ha ocurrido al presunto doctor. 

Siendo así, como vienen siendo las cosas, emplear la sutileza de la frase irónica que encierra para el buen entendedor una ferocidad, no serviría de nada para quien no es capaz de entender más allá de lo que marca la frontera de sus particulares intereses.

Hoy es la víspera del día de reflexión, veremos el domingo por la noche quien ha reflexionado como Dios manda, votando a VOX; y quienes, como los burros al pesebre, se han acercado a las urnas.

Eloy R. Mirayo.



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