domingo, 24 de febrero de 2013

POR MUCHO MENOS.

Algunas días, viendo cómo van las cosas, no ya en España, sino en el mundo entero, he llegado a pensar que, si las cosas van tan horrorosamente mal, como nunca habían ido, desde que el Mundo es Mundo, es porque quizá Dios debe andar distraído en otros menesteres. De otra manera no es posible entender que esté sucediendo lo que viene sucediendo; cada día más agudizado.

Es posible que, por esa “distracción”, por la que ya estoy pidiendo perdón, es por lo que el ser humano se ha atrevido a despreciar los valores que le acercan a Dios, y los ha sustituido por otros a su mayor comodidad y a la peor conveniencia: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. De esa manera se ha pasado, de ser una modesta sucursal de Dios en la tierra, dotados de sus mismas virtudes: bondad, sabiduría y poder (aunque limitado), a ser un simple contenedor de maldad, ignorancia y destrucción; cuyo norte se reduce a tres premisas: sexo, riqueza y poder abusivo. Que se hacen aún más notorias en la clase política, a nivel mundial.

Lujuria: solamente se persigue copular individualmente, el otro/a, -que simplemente son usados como portadores del órgano sexual de acople-, se las apañe como pueda, sin que importe como, o con quien: hombre, mujer, niña/o, perro o cualquier otra especie de la fauna terrestre. En eso se han convertido la sexualidad; en una desviación psicológica que puede llevar al adulterio y, hasta la violación.

Su olvidada Virtud es, Castidad. Pero no llevada al límite de padre cartujo. La Castidad es simplemente regular el placer; dar al placer la importancia de ser un acto de amor, o de una necesidad fisiológica. Pero siempre, respetando al otro/a, y respetándose a sí mismo/a.

Gula: no es solamente el ponerse de comida hasta que se le salga a uno por las orejas y por las fosas nasales; gula es almacenar alimentos y tirarlos enmohecidos, cuando podrían haber salvado de morir famélicos, a miles o millones de seres humanos; gula es el almacenamiento de bienes, que quedan improductivos para la colectividad.

Su Virtud es, Templanza. Que es la que regula moralmente al ser humano. Ya santo Tomás de Aquino la incluía como una de las virtudes más importantes porque, templanza, es lo que debe usarse en todos los órdenes de la vida.

Avaricia: es la constante que en estos momentos está teniendo una difusión plena. Es como si se hubiera extendido una infección que, como la gripe A, se haya instalado en el organismo humano. Todo hijo de vecino trata de atesorar riquezas, a las que no les saca mayores satisfacciones que la que les produce contarlas. Y el saber que es más voluminosa que la del vecino.

Su Virtud es, Generosidad. Nobleza, Valor y Esfuerzo en favor de quienes estén necesitados. Es hacerse comprender e intentar comprender a los demás. Es aceptar como obligación desprenderse de algo propio, en beneficio de quien este necesitado. Es comprender que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos, y luchar contra la desigualdad.

Pereza: es algo que por estar embozado, es difícil de reconocer pero, si ponemos intención, lo podemos identificar en la cesión de obligaciones; en la tardanza en resoluciones judiciales, industriales o gubernamentales; en la búsqueda compulsiva del ocio que vemos instalado.

Su Virtud es, Diligencia. Es la diligencia en ejecutar obligaciones. Agilidad y eficacia en la resolución de cualquier función. Estar siempre presto al servicio.

Ira: es la personificación de lo irracional. Es el enfado sin recato. Es el deseo de la máxima venganza, independiente del grado de la ofensa. Es dejar a su libre albedrío la furia violenta.

Su virtud es, Paciencia. Lo que lleva al ser humano al equilibrio de sus emociones. Es la demostración de una personalidad ética, fuerte y madura, con la que se deben enfrentar las dificultades.

Envidia: es la desazonante sensación que produce no poder tener lo que otros poseen. Es la obsesión que hace a quien la padece, vivir pendiente de lo que otros consiguen, haciendo que se sienta triste e inferior. El envidioso/a, no sufre por algo concreto, sino que sufre de manera universal, lo que pude llegar a terminar en la tragedia de que el envidiado, muera a manos del envidioso.

Su Virtud es la Caridad. Que nace con el cristianismo, como virtud teologal, junto a la Fe y la Esperanza. Es lo que nos hace ver al prójimo, sin distinción, como hermano. Es lo que mueve a la solidaridad con quienes se muestran desamparados. Es la fuerza que mueve el brazo que ayuda. Es donde se deposita la Fe y la Esperanza en Dios.

Soberbia: muestra de orgullo desmedida por lo que es y lo que es capaz de hacer uno mismo. Es mirar desde la superior altura, donde su egolatría le sitúa, a las demás personas; sus capacidades y sus obras, considerándoles inferiores. Es la personificación de la vanidad, en su más alto grado.

Su virtud es, Humildad. Es saber soportar las contrariedades con naturalidad. Es aceptar que las propiedades ajenas, son eso, ajenas. Es saber disfrutar de lo propio sin compararlo con lo de los demás. Es sentir cuán importante es lo que se tiene, porque hay otros que desgraciadamente tienen menos.

Y, ahora ¿no es lógico pensar, conociendo el hambre y las enfermedades de muchos millones de seres humanos, repartidos por todos los continentes, que Dios anda un tanto distraído? Vamos que, por mucho menos mandó el Gran Diluvio Universal.

1 comentario:

marcos dijo...

Sabes tu lo que nos puede llegar a mandar ahora ????
Y si lo que se viene es peor que el diluvio ???
Por las dudas dejemos que el TODOPODEROSO se haga el distraido...
Te mando un fuerte abrazo y por supuesto:

ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡¡¡

criollo y andaluz