miércoles, 11 de julio de 2012

PUÑALADA TRAPERA.

El presidente Rajoy, con la ayuda de parte de su gobierno, ha conseguido de Bruselas el aplazamiento hasta 2014, para poner en orden el déficit del Estado y de paso, 30.000 millones de euros, de los 100.000 que le han concedido, para ir solucionando la situación de la banca española, esa que estaba en la Champions.

Para una persona sencilla como yo, miembro de la mayoría silenciosa y disciplinada, escuchando por los medios de comunicación opiniones de gente profesional de la economía, profesores de universidad, catedráticos y hasta profesores eméritos, he llegado a la conclusión de que en vez de ayudarnos desde la Comunidad Europea, lo que han hecho es darnos una puñalada trapera con el mango de un soplillo. También por opinión de estas personas tan listas que no fueron capaces, tal vez porque andaban distraídos, de avisarnos de lo que estaba a punto de llegar (¡La Crisis!), me he enterado que tanto el señor Rajoy, cómo el señor De Guindos, son un par de membrillos asilvestrados, que se han vuelto a nuestros lares con los bolsillos vueltos del revés, creyéndose los reyes del mambo.

Lo confieso; estoy hecho un lío. Desde que la prima (aquí no cabe eso de que a la prima se le arrima) de riesgo se empezó a encabritar, subiendo de forma desbocada, y el IBEX a caer de la misma manera, no he dejado de escuchar un solo día la amenaza de que las autoridades comunitarias nos iban a intervenir. Cosa que aunque no entiendo en su amplitud, creo que debe ser de aúpa que vienen los del veri. Y mi corazón se alteraba y mi ano se contraía. Pero, héteme aquí que de pronto el señor de Guindos, con su mejor sonrisa bajo su reluciente calva, a través de las pantallas de las televisiones, nos decía que del problema llegaría la solución, cuando el BCE comenzara a comprar parte de nuestra deuda, al tiempo que el señor Dragui, presidente del BCE, aportase el dinero necesario (que han resultado ser esos 100.000 millones de euros) para recuperar la banca española en estado comatoso. Declaraciones estas que devolvieron el buen latido a mi corazón y a mi culito le permitió su transito natural. Pero la alegría dura poco en la casa del pobre; los voceras, perdón, voceros con anterioridad aludidos, en este caso por unanimidad, dijeron, gritaron y hasta berrearon que eso era imposible puesto que los estatutos de la Unión Europea, no lo permitía. Otra vez mis desventuras.

Ahora, con la guita en la cartera, este gobierno que se ha partido la cara luchando allende nuestras fronteras, como el Águila Roja, por salvar a la banca, esa banca que, como los cuervos, ha devorado las miserias de quienes tuvieron la desgracia de perder su puesto de trabajo y, con él, su hogar, por impago de una hipoteca a la que quedan enganchados hasta el día que Dios quiera.

Por lerdo que uno sea, no puede dejar de entender que la banca es una institución que, decentemente llevada, es imprescindible para el buen desarrollo de lo financiero de cualquier país. Su capacidad crediticia es una ayuda muy necesaria para el desarrollo de la industria y el comercio, siendo su corazón y pulmones. ¿Vale?

Pero ahora, don Mariano, a esa banca que usted tan gallardamente ha defendido, le toca ayudar a quienes sin tener ninguna culpa se encuentran en situación desesperada. No más desahucios que no sean por la desvergüenza del desahuciado. El BCE ha dado, parece ser, diez años para empezar a devolver el crédito. Que bueno sería que esa banca aupada, ayudara a levantarse a sus deudores. Seguro que la mayoría no necesitaran esos diez años para zanjar su deuda.

Nací como nace el peje
En el fondo de la mar;
Naides me puede quitar
Aquello que Dios me dio;
Lo que al mundo truje yo
Del mundo lo he de llevar.
(Martín Fierro)

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