martes, 27 de marzo de 2012

SALTÓ LA TRAGEDIA.


¡Saltó la tragedia en Andalucía y Asturias! Lo que parecía un entremés sencillo, amable y hasta alegre, resultó ser un drama de no te menees para el 40,6%  de los votantes andaluces que no les queda otra que aguantar otros cuatro años de impudicia. Por estos buenos andaluces mi corazón se conduele y como único consuelo les aconsejo que tengan paciencia; al fin y al cabo es lo que tiene este sistema: el mismísimo José María “el Tempranillo” (pálida caricatura de la realidad), que se presentara y fuera votado, como esos que están ahí, gobernaría con los mismos resultados, la misma desvergüenza y el mismo “afanamiento”. Por los otros, los del 39,5, PSOE y 11,3, IU, que les vayan dando por... eso mismo. Pero que tengan en cuenta, los listillos que se han profesionalizado en la vagancia y en la recepción de la dadiva por la compra-venta de sus voluntades clienteriales, que con el nuevo gobierno nacional, muy avisado, se les va a acabar vivir del cuento de los ERE y los muchos etcéteras fraudulentos. Que así sea.

Lo de Asturias es como para comer cerillas. La actuación de la Secretaría Nacional del PP en este asunto, y la del mismísimo Mariano Rajoy, no hay por donde echarle mano. En el colmo de la máxima estupidez (la estupidez de hacerle renunciar a la militancia al señor Álvarez Cascos, siendo grande, no lo fue tanto), permitieron, con la actitud desestabilizadora de la dirección astur del partido, que el presidente de Foro, se viera en la necesidad de convocar nuevas elecciones, más gasto económico para aquella autonomía, que no anda muy sobrada después del “cepillado” socialista y un fuerte deterioro en la confianza de los votantes decentes, los que no son de esas izquierdas apestosas, incapaces de crear, ya que nacieron, torcidas como el mal brote y con el ADN de la destrucción y el caos, que ha puesto a una tierra tan hermosa y a unas gentes estupendas, en una situación limite, camino de la desesperación: 13, 4 de paro;   2.155 millones de deuda; bajada en la producción industrial de casi un 8%; un 66,5% de licitaciones menos; bajada de importaciones y exportaciones; lo que conduce a pensar que como no encuentren la manera de crear un gobierno sólido, inteligente, sacrificado y capaz, los asturianos y Asturias tienen muy pocas posibilidades de crecimiento. Habrá que subir a la Basílica para ponerle unas cuantas velas a la Santina para pedirle que extienda su manto protector sobre esa estupenda tierra tan española. Y a la bajada, en Arriondas, tomarnos unos culines de sidra acompañando a ese buenísimo amigo que para estas cosas es el “cabrales”.

El joven Oriol Pujol (Oriol, ese era el nombre del mata insectos que usábamos en mi casa para acabar con las moscas, moscones y mosquitos), hijo de aquella cosa semi-humana, parecida a un oso Panda que fue presidente de la generalidad de Cataluña (España), se atreve a referirse a España como “el agua podrida que nos ahoga”. Esta criatura es un pobre gilipollas mal criado con los dineros de “Banca Catalana”, “Gran Tibidabo” y el “famoso 3%” que denunció Maragall. Gentuza de esa calaña solamente es posible que tenga voz pública en un sistema político tan deleznable como este que nos ha tocado padecer, capaz de cobijar entre sus brazos toda clase de sabandijas infectas; ratas apestosas; sanguijuelas con gula; y toda clase de “animales rapaces” que luego acomoda en sus distintas instituciones. Este “Oriol”, no lava más blanco, por que es un cerdo, políticamente hablando.

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