miércoles, 11 de enero de 2012

TODA ESPAÑA (4).


Ayer nos quedamos en Teruel y quiero deciros, a quienes no la conozcáis, que la Unesco tiene reconocido su abundante arte mudéjar como Patrimonio de la Humanidad. Si se va de visita a Albarracín -pueblo singularmente bonito por el empecinamiento de sus vecinos-, es muy conveniente que se empiece por abajo, yo lo hice desde arriba y la vuelta a por el coche, esa pendiente tremenda, es un auténtico jode piernas, pero aun así, la visita merece la pena.

Hay zonas de Asturias que quitan el hipo; toda ella es una hermosura color verde; si se duerme en Arriondas, al píe del Sella, después de unos culines de sidra como compañera de unos pellizcos de queso de Cabrales y unas buenas raciones de chorizo a la sidra, al día siguiente, se sube hacia los Lagos de Covadonga, si la niebla no lo impide; es imprescindible pararse en la basílica de la Santina, visitar la gruta y saludar al rey; después proseguir hacia la cumbre desde donde se pueden ver los dos lagos. Viendo aquellos picos; viendo aquellos profundos valles uno tiene la convicción de que así es el Cielo, donde Dios nos recibirá. Oviedo; esa ciudad elegante y moderna donde no me importaría vivir, es más, sería honor; aparcar el coche en un subterráneo que hay en la plaza, donde se encuentra el Teatro Campoamor, y perderte por sus calles hasta la plaza del Ayuntamiento. Como en resto de España Asturias goza de un gran patrimonio monumental.

Santander, esa bella tierra que han rebautizado con el nombre de Cantabria, que suena a genérico. Mirar Santander desde el Palacio de la Magdalena es una visión inolvidable; la playa del Sardinero; sentarse en una terraza del Paseo Pereda y ver a los veraneantes, señoras y caballeros, elegantemente vestidos, bien vale pagar una consumición; mi estancia en el Hotel Paris... ¡volveré! Claro que volveré y me llevaré un buen cargamento de anchos, y volveré a Santillana, y a Comillas, y a Torrelavega.

Navarra; echo de menos a Pamplona, no es suficiente verla en los sanfermines o en reportajes de televisión; quiero en fechas próximas conocer las Cadenas del escudo de España; sus valles; sus tierras de las dos Riveras, Olite, Tudela, Estella; acercarme a las Bardenas Reales y acercarme a ver la cueva de Zugarramurdi, por si queda alguna bruja.  

Las provincias vascongadas: Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, sus capitales Bilbao, Vitoria, San Sebastian. Me gustaría poder decir algo de ellas, de primera mano, pero, como gracias a esos criminales –ETA- que han estado y están tan presentes en la vida de aquel trozo de España, no me he sentido necesitado de ir. Reconozco que las tres provincias son bonitas y muy importantes; espero ir a conocerlas antes de…

Me quedan los dos archipiélagos, Baleares y Canarias. De las Baleares solamente –y es mucho y muy bonito- conozco Palma de Mallorca; la Cueva del Drach con sus barquitas y sonando la Barcarola, Santa Ponsa, donde festejé mis bodas de plata, un lugar muy placido; Sóller, la bajada hasta el puerto, además de bella, es de un peligro espeluznante, Alcudia, Inca, Manacor y sus perlas majoricas; Valdemosa, en su Cartuja fue donde vivieron Frédéric Chopin y George Sand. La salida en avión, anocheciendo, es un magnifico espectáculo; una postal en vivo que se llena de nostalgia según se va alejando.

Canarias; las “siete sonrisas sobre el mar” que dijo alguien con mucha razón. Gran Canaria es un centro turístico de primera especial. Hoteles magníficos, muy bien atendidos por quienes en ellos trabajan; los canarios, allí, son amables y muy acogedores. Tenerife; con esta isla soy absolutamente parcial. El Puerto de la Cruz, La Orotava, Icod de los Vinos, donde se encuentra el drago más viejo de la isla, Candelaria, vigilada por los jefes guanches, la Basílica de la virgen de la Candelaria; el Teide; Garachico, pueblo rehecho después de quedar casi oculto por la lava del volcán; en fin… la Gomera; su parque Nacional de Garajonay, en un lugar absolutamente natural, ni un palito seco que esté caído en tierra está permitido coger; el parque esta ubicado en el lugar más alto de la isla y la subida desde el puerto, es espectacular, como espectacular es su capital, San Sebastian. Lanzarote; la huella dejada por Cesar Manrique hace de Lanzarote un lugar mágico; su obra arquitectónica es un sueño del que no querrías despertar; Timanfaya es una hermosa desolación de escoria volcánica; el paseo en camello, el agua que hierve y el lago verde.

Hasta aquí, junto a tantos pueblos que he conocido y los lugares que me quedan por conocer, es la España de la que estoy profundamente enamorado, tanto, que si fuera necesario estaría a cumplir con el juramento que hice en la JURA DE LA BANDERA, que hice en el Regimiento 71 de Artillería Antiaérea. Defenderla hasta la última gota de sangre, si fuera necesario.

Y los separatistas gallegos (gilipollas); separatistas catalanes (gilipollas) separatistas vascos (gilipollas y algunos, además, asesinos) renuncian. Pues yo, no quiero renunciar a mi pequeñísima parte que me toca de cada provincia; de cada uno de sus pueblos; de cada uno de sus villorrios.

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