miércoles, 17 de septiembre de 2025

ESPERPÉNTICO ESPECTÁCULO.

Para todo es necesario un aprendizaje y la gobernabilidad de una nación no debería ser una rara excepción, sino que, por ser “algo tan grandote”, que afecta de una u otra manera al total humano de una nación, debería exigirse que quien opte a tan alta dignidad tenga la obligación de mostrar el nivel de conocimientos aplicables a tan variada alta exigencia.

Esa sería la fórmula que impediría la desastrosa posibilidad de que “el jefe” de una manada de inútiles -borrego que lleva al pescuezo el cencerro que guía al rebaño- pueda llegar, por extravagantes vericuetos e impensables circunstancias, a okupar con negativos resultados tan importante labor -¿a que os suena?

Utilizo la palabra okupar porque a gentes como… Pedro Sánchez, por poner un ejemplo cercano, gobernar, aunque se siente en el sillón presidencial; aunque duerma en la cama presidencial de la residencia presidencial, la Moncloa; y haga caquita en la taza del retrete presidencial, está claro que eso no es gobernar. 

De él podría decirse que es un individuo capaz de llevar a cabo cualquier tipo de vandálica barbaridad avaladísimo no solo por todo lo de atrás hecho, que también por… ¿podría decirse la cabro…? 

Nada… ¿por dónde iba? Ah; si, por la tremenda barbaridad cometida contra la final de la Vuelta a España de ciclismo el pasado domingo en Madrid, utilizando su habilidad adquirida ayudando a su suegro en sus negocios familiares, para mover a su rebaño, al que se les unieron auténticos terroristas miembros de la “kale borroka”, según los medios de información, pero… 


¿Gobernar? ¡Quita pa allá, titi! ¿Que no es solo en España? ¡joder, tú! ¿me vienes ahora con esas? 

Pues claro que es la democracia liberal -propiedad y caja registradora de la que se nutren el tesoro de unos pocos- cáncer dolorosísimo, el sistema que ha cerrado la puerta a la honradez, a la inteligencia y a la capacidad, al tiempo que de par en par la abrieron a la incultura, al barbarismo más primario, al vandalismo, al vulgar choriceo, al folleteo zafio, lujo de gente sin el mínimo conocimiento de la Moral, los estraperlistas del polvo por cargo político con sueldo. Eso es lo que pasa por delante de los ojos de los españoles. Esperpéntico espectáculo promovido por esos que juegan a “dueños del Mundo”, que se valen de su “poder económico”, para comprar a esa autentica gentuza que, con el canuto en la mano para hacer bien la O, ayudarán -para sus propios intereses- a auparse a los gobiernos de los países, a los ministerios, a las alcaldías…

Eloy R. Mirayo.


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