HOTEL CINCO GRILLETES.

Soto del Real

Hotel cinco grilletes.

Este será el lugar; aquí se montará la Sede, en su Módulo de Respeto, donde se celebrará el próximo Comité General del PSOE “alias” sociatas, antes de que se celebren las próximas elecciones Generales.

Este será el lugar; aquí se montará la Sede, en su Módulo de Respeto, donde se celebrará el próximo Congreso Nacional del Partido Popular “alias PP”, antes de que se celebren las próximas Elecciones Generales.

Es una lucha titánica la que mantienen allá, desde las primeras Elecciones Generales, las de la “Libertad recién nacida”, por parte de ambos contendientes, el dúo del bipartidismo nacional, -PP, PSOE- principales actores de este almodovariano drama político, que estamos sufriendo los españoles, pero que ellos disfrutan, como auténticos cerdos revolcándose en la mierda, tratando de alcanzar el liderato de la desvergüenza que en su infinito interior incluye toda estampa delincuencial que pueda darse en cualquier país de cuantos existen en el Mundo.

¡Oiga! Que está muy reñido.

Si; mi muy respetado resto de los habitantes de la Tierra, todo eso -míresenos la carita ¡por Dios! da asco ¿no?- es el espectáculo al que los españoles estamos obligados a asistir, prácticamente, desde la fecha -20 de noviembre1975- de defunción del excelentísimo señor don Francisco Franco Bahamonde. Por si alguien lo ignora, murió en la cama de uno -La Paz- de los muchos grandes hospitales que él mandó construir; -si ¿qué quieren que haga yo?-, en aquella lejanía, sería porque no se robaba, o quizás -no tengo ganas de discutir-, porque no fuera tanto lo que se robara, había dinero para ello.

En estos precisos momentos los bipartidistas: PSOE y PP, en vez de estar cumpliendo con su obligación, eso por lo que les pagamos -mucho más de lo que humanamente ellos valen, se dedican, el uno a otro, como vecindonas de corrala, a poner en pantalla todas las tremendas desvergüenzas que han venido cometiendo a lo largo y ancho de estos últimos cincuenta años. Y no se les cae la cara de vergüenza. Es que, si tuvieran un mínimo de decencia, el uno y el otro, con los “videos” en las manos, tirarían las siglas de sus partidos a la basura por marranos, y se pondrían a la tarea de hacer un partido nuevo y así… tendrían otros cincuenta años para, punto a punto, rehacer la misma “película”.

Eloy R. Mirayo.