miércoles, 22 de mayo de 2024

COMO CERDOS EN UN PATATAL.

La realidad es que a este país, poquito a poquito a lo largo de las últimas cuatro décadas -PP, PSOE y demás prendas “delicadas” en su gobierno-,  le han ido llevando sin recato y sin piedad al estado de desguace en el que se encuentra, tanto en lo que respecta a su unidad nacional, con el invento de las autonomías -extraña planta que no da ni flores, ni frutos, ni hojas-, como lo viene siendo su economía e igual suerte les alcanza en general a toda su industria, incluyendo la Pesca, la Ganadería y la Agricultura convirtiéndole en un país pobre de pedir, que ociosamente sentado en el montón de mierda que los muy golfos han creado -creación única acorde con sus capacidades intelectuales-, aguantando los picotazos de las moscas, le están obligando a malvivir de las limosnas de la Comunidad Económica Europea. Y tal vez porque les ha debido parecer insuficiente logro -digo yo teniendo en cuenta tanto esfuerzo en el empeño-, también sus valores, sus derechos y hasta su mundialmente reconocida riqueza intelectual están formando parte del “material” en desguace.

Todo convertido en virutas; su odio a la Normalidad, al Orden, a la Justicia les incita a la destrucción de todo lo beneficioso, de todo lo positivo y hasta de la misma humanidad, destruyendo la familia, utilizando el aborto, la amputación genital y hasta legalizando la Eutanasia y animando al Suicidio.

Nada existe a lo que no alcance su odio sarraceno. Nada, absolutamente nada permiten que se resista a la perversa voracidad la trituradora, como herramienta en su mano: la Democracia.

Su proverbial incultura; su incapacidad cerebral les da pie para que la utilicen (voy a cagar, pero muy democráticamente; le voy a echar un democrático polvo a la Irene) como al ungüento amarillo que para todo usan, aunque para nada vale. Me equivoco, a estos si que les vale para mucho ¿verdad, Begoña?

La Democracia es un ente etéreo que ni su pu… ñetera madre entiende, lo que no es óbice para que los “zurdos” y demás enchufados en ella  -¡que no son pocos!- la disfruten como cerdos en un patatal los muy jodios, mucho más que con sus placenteras muñecas hinchables ellos, y muñecos igualmente hinchables ellas.

Eloy R. Mirayo.


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