A estos jodidos rojos ¿les inspira un mínimo respeto la Justicia? ¿Son capaces de comprender hasta donde alcanza su importancia? Está claro que no. Y está tan perfectamente claro que, simplemente siguiendo las acciones y declaraciones tanto del insólito presidente de este insólito gobierno, como los insólitos ministros, las insólitas ministras y el insólito resto de la insólita prole roja, que sinvergüenzas -¿se escribe separado estos "sin vergüenzas"?-, se puede comprobar que todos ellos y ellas se pasa a la justicia por el fondillo de sus calzoncillos, por el fondillo de sus bragas -¡que cómo estarán algunas y algunos!.
Lo que resulta raro -eso no es más que una forma de decir que se conoce el motivo: ahí está la Dolores al quite- es que desde la Fiscalía no ponga pie en pared y haga volver a las cabras, cabritos y cabrones al buen redil.
El daño que se está causando a la Justicia y a los jueces es muy grave, porque las personas sencillas y poco avisadas -esas que en cualquier momento haciendo uso de su cuota de Gilipollez, votan al dañoso rojerío, sin comprender su mala acción cometida- escuchando a "personajes importantes" de este gobierno tratando con displicencia a tribunales y jueces; desobedeciendo sentencias del Tribunal Supremo, señalándoles como prevaricadores; concediendo incomprensibles indultos y excarcelaciones de asesinos, pederastas, golpistas contra la unidad nacional y violadores en contra de los dictados de la Justicia, tendrían razones suficientes para pensar, con la inestimable ayuda de los medios de información -radios, televisiones y periódicos- de voluntad "bien pagá", que la Judicatura, lejos de ser quien defiende a la razón de aquellos que la atacan, es la herramienta de la que se valen tanto los jueces, como algunos de los fiscales, hembras y varones, igualmente, para esconder su perversidad dentro de la toga que usan en sus delincuenciales actuaciones profesionales.
Son gentes fascistoide, homofoba, racista y machista que se posiciona en los tribunales a favor de quienes están en contra de la mujer, a la que usan, porque se creen ser sus dueños, como un objeto dócil con el que satisfacerse sexualmente; y que una vez satisfecho, disfruta teniéndola subyugada, y que si se queja, insulta, y si se revela y quiere liberarse, golpea y mata. De igual manera se posicionan a favor de los que insultan y agreden a indefensos homosexuales y a desvalidos inmigrantes de color negro.
El uso del desprestigio individual o colectivo es una acción muy utilizada por quienes, ayunos de mejores prendas intelectuales, éticas y morales, intenta desprestigiar a quienes considera mejores que él, como individuo, o de ellos cuando el desprestigio se utiliza en grupo.
Por poner un ejemplo práctico: este gobierno está absolutamente desprestigiado. Pues para que no se note esa ruina ética y moral, hay que desprestigiar a la Corona; a la Justicia. Y, con la ayuda de los demás partidos, a VOX, que se atreve a demostrar que es mejor, está más preparado, y es mucho más inteligente que todos ellos.
Eloy R. Mirayo.
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