Desde la ciudad de Lérida he subido a Gerona, que son las dos provincias catalanas más al limite de nuestras antiguas fronteras.
Espectacular fotografía desde el otro lado del río Onyar. Todos sabemos que Gerona es la "ciudad de los ríos", que como todos sabemos son el Onyar, Ter, Güell y Galligants.
Gerona es una ciudad muy cosmopolita, por su cercanía a unas de las mejores playas del Mediterráneo, y también a unas de las mejores pistas donde disfrutar practicando el Esquí, por lo que recibe visitantes durante las cuatro estaciones del año.
Su peculiaridad fluvial la hace diferente a todas las demás capitales de España, es -exagerando mi cariño; pero poco- una Venecia Española, sin riesgo a terminar sumergida bao las aguas como dicen que ocurrirá con la italiana.
¿Quien se atrevería a ponerle un pero?. Es una suerte poder disfrutar de Gerona, como un gerundense más, pero sin ninguna obligación que no sea la de disfrutar de su belleza y de su riqueza monumental, que incluye la ciudad histórica, una de las más importantes de Cataluña, como también lo es su cocina autóctona.
Además de tantas otras cosas en los muchos y buenos restaurantes -Can Manolo; Le Bistrot; restaurante Village; Casa Marieta- quien tenga la gran idea de venir a Gerona, podrán degustar exquisiteces como un buen trinchado de Col y Patata con Tocino; un riquísimo Suquet de Rape y Gamba Roja; una rica experiencia, "Mar y Montaña", que es un fusionado de pollo y langosta que está de rechupete; y de postre, un "Suso", el más típico de sus postres. Todo ello bien regado con un "Gran Corona", un buen Cabernet tinto del Penedés.
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Con un día de retraso, pero con la buena excusa de que ayer fuera mi cumpleaños -lo festejé con mi querida esposa y mis queridos hijos y nuera- fue lo que impidió que acabara con mi casi diaria presencia en este blog.
Yo soy una persona muy sencilla; no soy nada especial, ni en lo bueno ni en lo malo -digamos que soy un "cualquier" cualquiera- pero, eso sí, soy muy agradecido. Lo que me lleva a hacer público y notorio mi sincero agradecimiento por quienes sin tener obligación, hacen algo por mí.
Por esa razón; por hacer algo por mí sin siquiera conocerme, hago público mi agradecimiento por el regalo que me hizo a José Guardiola, entrenador de Manchester City,
por contribuir a que perdiera su equipo en el enfrentamiento en su propia cancha con el Liverpool; quedando como todos los años, eliminado de la lucha por la Champions League.
De igual manera le estoy agradecido al Barcelona Club de Fútbol, por su regalazo, comiéndose tres románicas rosquillas, con las que sabía que excitaba mi contento un tanto por encima del que mi vida normalmente me produce.
No cabe duda de que la renuncia de un 4 a 1, es un duro sacrificio altruista digno de mi mayorzote agradecimiento.
Tanto José Guardiola (el del lazo amarillo en la pechuga) como "el más que un club" Barcelona Club de Fútbol ¡Qué detalle! No tuvieron paciencia y me hicieron ambos el regalo con unas pocas horas de antelación. ¡Qué primor de regalo!
Y algo tan hermoso; un presente tan inesperado como deseado, el Real Madrid ¡el muy capullo!, estuvo a punto de estropearlo. Todo "mi maravilloso castillo" amenazando derrumbe; y claro, me tuvo
con los cataplines emparejados con las amígdalas, hasta cuando estaba a punto concluir el día de mi cumpleaños. Cristiano Ronaldo, no queriendo que mis regalos quedaran empañados y empequeñecidos, metió el gol que clasifica al Real Madrid, y restauraba mi contento.
Por no hacer caso a la advertencia popular de "sólo hay que temer a un hombre desesperado, y a una vaca recién parida" (no sé si la Juve fue el hombre desesperado o la vaca recién parida), el Real Madrid nos tuvo a toda su afición, al borde de un ataque de nervios.
Las cagadas del Pepe Guardiola y el Barcelona no me crearon una felicidad desbordante; todos los madridistas hemos tenido momentos de gran felicidad deportiva, con los triunfos del Mejor Equipo del Mundo. No es lo deportivo lo que -al menos a mí- me alegró, sino ver el ridículo comportamiento en el que han quedado el renegado entrenador y los hijos de puta que pusieron lazos amarillos, como su cobardía, en la Fontana di Trevi.
Lo que mas me satisfizo fue la patada en los cojones que recibió por parte del Roma y el Liverpool, el cabronazo separatismo catalán. Y lo siento por aquellos aficionados que solamente son barcelonistas sin más. Sé que lo sucedido les es muy doloroso.
¿Esto...
...no es penalti? Cuanta odio y envidia ¡Pues que les jodan!.
Eloy R. Mirayo.
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