miércoles, 7 de marzo de 2018

BUENO, ¿PARA QUIÉN?

Soria.

La incultura de muchos españoles por la Historia de España, inducida por algunos de sus propios hijos que, de manera disparatada la odian, es lo que hace aparecer como desconocidos, lugares de nuestra Patria excepcionalmente bellos. Ese es el caso de la ciudad que hoy, día 7 de marzo, invito a que me acompañéis en mi visita.

Después de una mini encuesta he sacado la horrible conclusión de que muy pocos españoles serían capaces, ni siquiera, de situar a Soria sobre el mapa en blanco. Una verdadera pena, no para Soria, que seguirá tan hermosa e importante, sino para quienes no han tenido el placer de disfrutar de ella recorriendo sus sobrias calles; descubriendo sus recoletas plazas; sin poder llegar a conocer el valor de sus tesoros arqueológicos; el importante legado románico, del que es muestra la Iglesia de San Juan de Rabaneda; de disfrutar de la amabilidad de sus gentes y la pureza de su ambiente.

Es un placer difícilmente renunciable, poder alcanzar el regalo de sentarse a la mesa de un restaurante soriano, y meterse entre pecho y espalda un buen plato de Migas de Pastor, un riquísima Caldereta y unas dulcísimas torrijas. El vino al gusto del consumidor ¡Será por vino!

¿Si gustáis...? 

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El Gobernador del Banco de España, 

ha encontrado la solución para que las pensiones no sufran sobresaltos y los pensionistas infartos: invertir en "planes de Pensión". Por algo menos grave he visto y oído llamar gilipollas a un vecino.

Este señor gobernador que tendrá un sueldo cojonudo, y recibirá en su momento una buena pensión, parece no estar enterado de que el mayor número de personas que aún disfrutan de empleo - Empleo, según el Real Diccionario de nuestra Lengua, es especie en vías de desaparición- gana lo justo para seguir añorando el lejano día (tiempos de José María Aznar) que pudo 

comer hasta satisfacer el apetito y, siendo así, de esa triste manera, señor Gobernador ¿quien queda para contratar una inversión en un fondo de pensiones...? Eso mismo pienso yo. Nadie ¡joder!. 

Con los jubilados que llevamos entre la congelación de las pensiones en tiempos del inútil Zapatero y los 0,25 % de subida con que nos premia desde hace varios años el señor Rajoy, con la pérdida de poder adquisitivo que ha supuesto, tampoco se puede contar pues, ni poniéndonos con las piernas hacia arriba y para abajo la cabeza, nada caerá -que no sea la dentadura postiza- con que invertir.

"Sería bueno que la gente no solo invirtiese en vivienda, sino también un poco en activos financieros"

Eso, cogido por un lado de su expresada gilipollez -perdone la forma de señalar-, nos demuestra algo que parece ser típico, en este sistema democáquito: los cargos, por importante que sea su responsabilidad, no están sujetos al mérito intelectual de la persona, sino todo lo contrario (salvo excepciones), cuanto más necios, mejor. Lo que no deja de joder a quienes hemos dedicado mucho esfuerzo y muchos años en llegar a alcanzar un cierto grado de maestría en nuestras profesiones.

"Lo que quise decir, no sé si acerté, es que cuando se habla de pensiones de jubilados e ingresos, en España hay poco ahorro en fondos de pensiones".

¿Sería bueno que los trabajadores invirtieran en fondos de pensión? Bueno, ¿para quién?. Los fondos de pensiones solo son beneficiosos para las entidades que reciben mensualmente las aportaciones que, como si fueran propios, utilizan esos dineros en movimientos industriales y comerciales sacándole un buen beneficio, mientras que al titular del fondo, a su jubilación, bastante que le den hasta el último céntimo de sus ingresos -lo digo por mi experiencia negativa con un "pentaplan", en la vieja Caja Madrid-.

Eloy R. Mirayo.


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