Esta manifestación asustó a los demócratas recién paridos.
Fue verdaderamente acojonante; la pena es que aquel hermoso cuerpo no tenía la cabeza que se merecía.
Hoy es otro 20 de noviembre y a los que aún seguimos fieles a unos postulados políticos que dieron cuarenta años de paz y prosperidad a España, ya no nos queda otra que manifestarnos en nuestra intimidad personal.
Anoche inesperadamente me vino a la mano este numero extraordinario de "EL ALCAZAR", como si lo hiciera para preguntarme por el paradero político de todas aquellas personas, patriotas confesos, que aquel 20 (23) de noviembre, llenaron la Plaza de Oriente y sus aledaños, en memoria de José Antonio, Jefe Nacional de Falange Española, y Francisco Franco, Caudillo de España.
Allí, en la plaza de Oriente, ante el Palacio, nos reunimos más de un millón de españoles, con el ánimo presto, pero lo cierto es que aquellos que podrían haber canalizado adecuadamente tanta energía, uno, José Antonio fue asesinado por los comunistas el 20 de Noviembre de 1936, en Alicante.
Y el otro, murió el 20 de Noviembre de 1975.
Y con ellos de fue la simiente.
El mar es inmenso y por eso, aún estando calmo asusta (como aquella multitud de banderas de España asusto a los recién paridos demócratas) pero, para que la enorme cantidad de agua pueda demostrar su poderío, es necesario que lo despierte la tempestad; y lo que había sobre la tribuna, como en los años precedentes, por desgracia, no pasaba de ser una simple brisa de verano.
¿Soy nostálgico? No, esta fecha no me pone nostálgico, sino que renueva mi decepción.
Como católico que soy, al grupo de personas por la que cada noche pido a Dios, esta noche también, por si lo necesitan, pediré por José Antonio y por Franco.
Eloy R. Mirayo.
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