¡¡¡Qué viene la extrema derecha!!!
El terror de toda Europa está centrado en que en Francia es posible que gane las elecciones presidenciales la señora Marine Le Pen.
¡Qué miedo!
La extrema derecha en el Gobierno francés. Toda Europa tiene miedo; haciéndose caquitas, los unos abrazados a los otros, menos la mayoría de los franceses que votaran al Front National. Que no cabe la menor duda: los franceses son memos porque piensan y con toda claridad; sin falso rubor dicen
¿Si, Francia? Pues claro que si. Yo también grito a los cuatro vientos ¡¡¡España, Si!!!. España como nación y los españoles, dentro de su territorio son los que deberían tener prioridad en las ayudas estatales y, solamente cuando todos los españoles estuvieran suficientemente satisfechos en sus necesidades, habría llegado el momento de colaborar al máximo de las posibilidades, pero nunca poniendo en riesgo los derechos adquiridos por los naturales.
No es xenofobia, simplemente es dolor de ver que en este país hay cantidad de personas, con ancestros que se pierden en el tiempo, que desgraciadamente, llegados a la vejez, se encuentran totalmente desasistidos, con pensiones tan bajas que no les permiten la posibilidad de tener una simple estufa.
Yo vivo en el barrio obrero de San Blas, en el que me siento muy a gusto y, enfrente de mi casa, en lo que fuera un colegio del Estado, al que fueron mis dos hijos, hay una guardería de inmigrantes multirracial; a través de las ventanas se ve -si se mira- un salón con mesas, sillas, una televisión, algunos ordenadores y, posiblemente instalación de calefacción, para pasar el invierno y de aire acondicionado para soportar los calores del verano. Y naturalmente los servicios lógicos de higiene, comprendiendo inodoros y, claro está, la cama.
Y me parece bien que si esas personas están establecidas en centros oficiales, se les trate como eso: como personas. Pero que en este país hay infinidad -¿suena exagerado?- de personas aquí nacidas, que viven a oscuras; pasan frío y calor, cuando toca; no recuerdan el sabor de la carne ni el pescado; y solamente tienen la ayuda de organizaciones religiosas como es Caritas. Pero Caritas no puede llegar a todas las necesidades de todos los necesitados patrios.
Y estas cosas que se dicen en Francia y las que decimos muchísimos españoles son iguales o muy parecidas a las que se dicen por todos los países de la Unión Europea.
El "monstruo" de la extrema derecha se cierne por todo el mapa del continente. Los sesudos pro hombres de la política se han preocupado de estudiar los motivos de su crecimiento. ¿Han preguntado a esa legión de parados sin esperanzas de dejar de serlo que, año tras año, su "política correcta" ha ido juntando, por qué votan al "extremo monstruito"? ¿Les han preguntado a quienes hacen uso de los servicios sanitarios "estatales" que les parece que tengan que compartir esos servicios con los extranjeros recién llegados y con sus ancianos padres, traídos para que sean curados aquí?.
El insulto les sale a boca llena: ¡EXTREMA DERECHA!. Falso de toda falsedad, porque nadie es más derecha extrema que quienes permiten, y se aprovechan personalmente, de que la riqueza este atesorada en un cada ¡DÍA! más reducido, atajo de podridos personajes. Esa es la extrema Derecha. Nosotros simplemente somos ¡Patriotas!.
¡Oui la France! ¡¡¡Si España!!!
Eloy R. Mirayo.
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