No es fácil saber perder por lo que muchas personas no saben hacerlo; no saben perder y eso es fatal; pero mucho peor es no saber ganar, por muy agradable que sea la sensación de sentirse triunfador. Eso fue lo que ayer le ocurrió a la selección alemana de fútbol; nunca la celebración de un triunfo se debe hacer ridiculizando a quien perdió. No es elegante, además de estúpido, y no justifica el que se ganara un título que hacía varias decenas de años que no lo habían logrado. Y cuando ellos fueron el reverso de la moneda del triunfo, nadie les ridiculizó.
En la final de la Copa de Europa de Selecciones Nacionales, de 2008, España a ganó a Alemania por un gol a cero, y nadie recuerda que los españoles ridiculizaran a sus rivales. En las semifinales de 2010, España eliminó a Alemania (y fuimos campeones) por un gol a cero, y nadie recuerda que los jugadores españoles ridiculizaran a sus rivales. Y más reciente, en las semifinales de la copa de Europa de clubs, el Real Madrid eliminó al Bayer, casi todos sus jugadores campeones del último Mundial, por un total de cinco goles a cero, y los jugadores del Real Madrid no ridiculizaron a sus rivales alemanes; ni después de ganar la final, al otro equipo de Madrid, el Atlético, ridiculizó a sus rivales.
La selección de España: 3 copas de Europa, y 1 Campeonato del Mundo.
El Real Madrid: 10 Copas de Europa.
Selección Española y Real Madrid, después de 13 títulos internacionales. Un 10, en elegancia y en respeto al rival. Los demás; que vayan aprendiendo.
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El Tribunal Constitucional avala la reforma laboral del Gobierno.
La posibilidad de que las empresas puedan tener durante un año contratado, como a prueba, a un trabajador, pudiendo al termino del contrato despedirle sin la obligación de abonar ninguna cantidad como indemnización, por la sentencia del alto tribunal, es perfectamente legal pero, es ética y moralmente reprobable.
Una norma de ese cariz no se puede usar como acicate a la empresa par la creación de empleo, porque al amparo de la norma se abren cantidad de posibilidades, toda ellas a favor del empresario y en contra del trabajador. Las nuevas tecnologías aplicadas al mundo laboral, en muchos casos, no necesitan de una especial preparación, por lo que muchas empresas, sus necesidades laborales, se cubren perfectamente, sin que sufran mínimamente con los reemplazos de trabajadores.
Al otro lado, tenemos al más débil, al cumplir el año, en plena calle, y desprovisto de apoyo oficial. Para la empresa que emplea, o que pudiera emplear, siempre hay la posibilidad de exenciones, subvenciones y créditos. Para el trabajador...
Solamente debería ser aceptada si el ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con el apoyo económico del ministerio de Hacienda, se ocupara de indemnizar convenientemente al trabajador despedido, por estar dentro de la norma establecida por el Gobierno y, avalada por los magistrados del Tribunal Constitucional, a quienes jamás despedirán al cumplir el año, y sin indemnización.
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