miércoles, 23 de julio de 2014

ALTO COSTE NEGATIVO

Por supuesto que a los españoles nos parece mal el que desde el gobierno se impulsen operaciones con tan alto coste negativo para nuestros bolsillos como ha sido la venta de Cataluña Banc. La inteligencia nos lleva a aceptar que, por el momento tan delicado por el que han pasado las cajas de ahorros -después analizaremos los motivos-, el Estado, representado por el actual gobierno, se haya visto "obligado" a intervenir. ¿Nos es costoso? ¡Qué le vamos a hacer!.

Con lo que no estamos de acuerdo es que quienes con su incapacidad y con sus ansias de rapiñar toda clase de billetes y monedas que entraban en la Entidad, abocando a esa institución (las cajas de ahorros), nacida con vocación benéfica, a la desaparición deshonrosa, o a ser compradas por cuatro cuartos, como si fueran putas baratas del barrio chino barcelonés, por alguna de las entidades bancarias (Cataluña Banc, ha sido comprada por el BBVA; quizás la próxima caiga en las garras consentidas del tío que lleva la gorra de Ferrari calada hasta las cejas); tras habiéndolas dejado en tan lamentables condiciones financieras, se hayan escurrido de la responsabilidad, y estén viviendo con lo saqueado "la dolce vita" -como  el clásico "pachá", en vez de morar en frías mazmorras, como el preso del "castillo de If", pero sin alcanzar un condado-, después de haber sido desposeídos hasta de los calzoncillos y braguichela, según sexo, o gusto, aunque estén con manchas de "nicotina", que compraron en El Corte Inglés, con el dinero distraído de las que en tiempos bastante pretéritos, fueron entrañables amigas de la gente sencilla.


Así; de esa guisa deberían quedar todos y todas las/os sinvergüenzas que, como si fuera una vaca, ha ordeñado el patrimonio de las cajas de ahorro de toda España.

Todos entendemos que el movimiento financiero es vital para el desarrollo económico de la sociedad; las cajas y los bancos, aunque estos sean empresas privadas, deberían estar bajo la fiscalización del Estado, por el ministerio de Hacienda. Fiscalizar no quiere decir invadir esas empresas por una legión de sanguijuelas hambrientas criadas en las cloacas de los partidos políticos y en las de los "imprescindibles" sindicatos, el sociata UGT y en el comunista CCOO.

Muchas personas, la mayoría mejor preparadas que yo, pensamos que no es la mejor opción el que esa fiscalización quede en manos del presidente del Banco de España, prebenda política. Ahí esta la reciente labor del señor Fernández Ordóñez, como botón de muestra.

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