Somos la vergüenza de la humanidad, exagerando una miaja,
por lo que merma. Tenemos la peor enseñanza del mundo civilizado, y los
sindicatos rojos de la enseñanza, en época de exámenes, van y se ponen de
huelga; y los padres -unos rojos y otros memos- la secundan, sin reparar en el
perjuicio que les crean a sus hijos, por dos lados: en primer lugar, porque les
crea confusionismo ver a las personas a las que deberían respetar –sus madres,
sus presuntos padres y sus maestros o profesores-, gritando como energúmenos
eslóganes trasnochados, casposos y apolillados que, en la mayoría de los casos,
por culpa del plan de vigente de enseñanza, están lejos de sus escasa capacidad
de comprensión.
Los sindicatos rojos, una vez llegada de nuevo al poder la
acomplejada derecha, y en un régimen asqueroso como es este que nos están
obligando a tragar, se han lanzado envueltos en sus chalequillos verde caca de
hortelano, a la calle en todas las direcciones posibles; entre esas direcciones
han escogido como las más sonoras -conocedores no por inteligencia, sino por instinto-
la Enseñanza y la Sanidad, sin que les importe una “higa” las consecuencias. Es
curioso que haya sido precisamente en Madrid, la comunidad con más alto nivel
en la Enseñanza, donde ha sido el festejo más concurrido; claro que, para
lograr que fueran más que los que caben en un “seiscientos”, han tenido que
acarrear “verderones” de otras comunidades y usar de todos sus liberados,
indiscriminadamente, de la capital y sus alrededores.
Esta misma tarde, he oído a través de la radio –Esradio- en
el espacio “La casa del Herrero”, al representante de CC.OO, soltando chorro de
demagogia barata, mientras Luis Herrero Tejedor (hijo de don Fernando Herrero
Tejedor, asesinado de forma artera, siendo Secretario Nacional del Movimiento,
en Villacastín, habiendo quien dice que fue uno de los crímenes de la
Democracia, aún en ciernes), escuchaba impertérrito. Es mentira que la
izquierda luche porque se alcance un más alto nivel de conocimiento. Todo lo
contrario; en esta desdichada etapa, siempre que han asaltado el Poder, como
una de sus dos fijaciones –la otra es llevarse lo más y lo más rápido posible-
fue desmontar el espíritu de la enseñanza: la libertad por el conocimiento,
usando las aulas como centros de adoctrinamiento para enterrar los más altos
valores humanos. Los que la izquierda necesita para medrar políticamente, por
el lado de los dirigentes de esos partidos, es alcanzar el más alto grado de
bestialismo que les permita cometer las más horribles atrocidades, sin sentir
en sus entrañas la más mínima muestra de arrepentimiento (si ahora se muestran
corderiles es porque no tienen suficiente fuerza) y, por el otro lado, el
paisanaje, que desarrollen lo menos posible el cerebro para que obedezcan
ciegamente al mando, por no tener capacidad para pensar por sí mismos.
La prueba fehaciente esta tarde en la manifestación una
reportera le pregunta a un manifestante: “¿por qué sale usted en esta
manifestación?” Pregunta la reportera-
“Para luchar por una enseñanza mejor”-responde el manifestante- “Pero, si es
mala la enseñanza, eso no es desde hace poco” –insiste la reportera- “No; claro
que no” –dice el sonriente manifestante-
“Entonces ¿Por qué no han salido antes a protestar?” –Volvió a preguntar
la reportera- “¡Eso digo yo! Fin del corte televisivo.
El manifestante iba solo (quiero decir que no le acompañaba
mujer e hijos) tranquilo y sin aspavientos, posiblemente fuera profesor o
director de algún centro y el buen hombre debió pensar que, en esas algaradas
es mejor que te vean, aunque vallas jo… robado, a que te echen de menos.
¡Si serán capullos que convocan a la huelga hasta los críos
de guardería!
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