Que no estaba muerto, que no.
Que no estaba muerto, que no.
Que no estaba muerto, que no;
Que está tomando cañas.
Ay, leré, leré, leré, leré…
Que no estaba muerto, que no.
Que no estaba muerto, que no;
Que está tomando cañas.
Ay, leré, leré, leré, leré…
Así de contento, cantando y moviendo la cadera al ritmo de “regatón”, salía del hospital militar doctor Carlos Arévalo, Nicolás Maduro, vicepresidente de Venezuela, después de haber visitado al presidente Hugo Chávez, en su lecho del dolor. El cantito y el bailecito del señor Maduro, malamente puede esconder la situación muy precaria de la salud del enfermo. Ni siquiera a los más acérrimos de sus seguidores, que ya están echando mano de los santos, de la Virgen María y hasta del mismísimo Jesucristo, ¡Si lo verán mal!
Por muy bien que se mienta, siempre resplandece la verdad, porque la verdad es tozuda como una mula andorrana. Las autoridades venezolanas están actuando irresponsablemente sirviendo de albaceas, según dicen las autoridades, del aún vivo, presidente Chávez. Esa actitud lo único que está consiguiendo es ir empobreciendo más, cada día que pasa, al país, por su intolerable omisión; los miembros del gabinete no se atreven a tomar decisiones (aunque fueran sensatas), por puro miedo a que el tirano, en una de sus últimas hazañas, pueda hacerles pagar muy caras las consecuencias del atrevimiento; así que prefieren seguir a la espera del desenlace de la grave enfermedad del presidente; manteniéndose como componentes de su gobierno; un gobierno pelele, usado como coartada democrática, de un ser iluminado; de golpista ineducado y fanfarrón que ha demostrado ser de la peor especie.
Venezuela, está paralizada por culpa de la insensatez de sus autoridades. El presente y el futuro de Venezuela no pueden estar atados a las patas de la cama de un moribundo, ni tampoco lo podrá estar, aunque saliese adelante de esta, esquivando en el último momento a la muerte, a una persona que ha pasado por lo que él está pasando; ya que lo normal es que nunca más se encuentre en condiciones de poder volver a confiscar propiedades, ¡perdón! Quería decir que no estará en condiciones de regalar el petróleo a sus amiguetes rojos, Correa, Castro y Morales, y otras "genialidades" semejantes, siempre en contra de los intereses de todos los venezolanos, que ha sido la característica forma de gobernar de Hugo Chávez, "El Mirlo de Sabana”; el cantor uniformado que dormía a las ovejas.
Entre canto y canto; caderazo y caderazo, sin dejar el rítmico son, el vicepresidente Maduro, con una cara que por su dureza no tiene nada que ver con su apellido, aseguró que se habían reunido durante cinco horas con el presidente, para despachar importantes e inaplazables asuntos de Estado. Mentira jodida. Quien haya visto el estado en el que se encuentra un paciente con insuficiencia respiratoria severa, al que se le ha realizado una traqueotomía y al que, con la aplicación de una mascarilla se le está suministrando continuamente oxígeno, sabe perfectamente que eso que asegura el señor Maduro, es total y absolutamente falso. Y más, si se tiene en cuenta el efecto que en el cerebro del presidente Chávez, que nunca fue muy lúcido, estén causando los fármacos que se le estarán suministrando.
Venezuela, los venezolanos, necesitan que a la mayor brevedad se forme un gobierno con capacidad intelectual y con ganas de sacar al país adelante. Un gobierno que se deje de cantar tontunas a los venezolanos, y se aplique a cuantificar para las propias necesidades sus recursos naturales y sus manufacturas. Un gobierno que retome la filosofía de que, la caridad, en primer lugar, debe ser para los más próximos; y en Venezuela no hay personas más próximas que los venezolanos y venezolanas; los de las ciudades y los de los “ranchitos”, que también son venezolanos con derechos.
Por muy bien que se mienta, siempre resplandece la verdad, porque la verdad es tozuda como una mula andorrana. Las autoridades venezolanas están actuando irresponsablemente sirviendo de albaceas, según dicen las autoridades, del aún vivo, presidente Chávez. Esa actitud lo único que está consiguiendo es ir empobreciendo más, cada día que pasa, al país, por su intolerable omisión; los miembros del gabinete no se atreven a tomar decisiones (aunque fueran sensatas), por puro miedo a que el tirano, en una de sus últimas hazañas, pueda hacerles pagar muy caras las consecuencias del atrevimiento; así que prefieren seguir a la espera del desenlace de la grave enfermedad del presidente; manteniéndose como componentes de su gobierno; un gobierno pelele, usado como coartada democrática, de un ser iluminado; de golpista ineducado y fanfarrón que ha demostrado ser de la peor especie.
Venezuela, está paralizada por culpa de la insensatez de sus autoridades. El presente y el futuro de Venezuela no pueden estar atados a las patas de la cama de un moribundo, ni tampoco lo podrá estar, aunque saliese adelante de esta, esquivando en el último momento a la muerte, a una persona que ha pasado por lo que él está pasando; ya que lo normal es que nunca más se encuentre en condiciones de poder volver a confiscar propiedades, ¡perdón! Quería decir que no estará en condiciones de regalar el petróleo a sus amiguetes rojos, Correa, Castro y Morales, y otras "genialidades" semejantes, siempre en contra de los intereses de todos los venezolanos, que ha sido la característica forma de gobernar de Hugo Chávez, "El Mirlo de Sabana”; el cantor uniformado que dormía a las ovejas.
Entre canto y canto; caderazo y caderazo, sin dejar el rítmico son, el vicepresidente Maduro, con una cara que por su dureza no tiene nada que ver con su apellido, aseguró que se habían reunido durante cinco horas con el presidente, para despachar importantes e inaplazables asuntos de Estado. Mentira jodida. Quien haya visto el estado en el que se encuentra un paciente con insuficiencia respiratoria severa, al que se le ha realizado una traqueotomía y al que, con la aplicación de una mascarilla se le está suministrando continuamente oxígeno, sabe perfectamente que eso que asegura el señor Maduro, es total y absolutamente falso. Y más, si se tiene en cuenta el efecto que en el cerebro del presidente Chávez, que nunca fue muy lúcido, estén causando los fármacos que se le estarán suministrando.
Venezuela, los venezolanos, necesitan que a la mayor brevedad se forme un gobierno con capacidad intelectual y con ganas de sacar al país adelante. Un gobierno que se deje de cantar tontunas a los venezolanos, y se aplique a cuantificar para las propias necesidades sus recursos naturales y sus manufacturas. Un gobierno que retome la filosofía de que, la caridad, en primer lugar, debe ser para los más próximos; y en Venezuela no hay personas más próximas que los venezolanos y venezolanas; los de las ciudades y los de los “ranchitos”, que también son venezolanos con derechos.
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