Van a venir desde Bruselas y, quieran o no quieran los componentes de la Turba política, les obligarán a laminar; barrer, y tirar al cubo de la basura, el nefasto invento autonómico. El Estado de las Autonomías, del que estos gilipollas están tan orgullosos, llegando a afirmar que, además de restaurar la paz y tranquilidad en España, ha traído riqueza a los españoles, y con servicios sociales inéditos hasta entonces, cobertura para quien por el motivo que fuere, se encuentra desplazado en la marginalidad. Y no se les cae la cara de vergüenza, contemplando la deriva en negativo que, a partir de 1975, está carcomiendo los cimientos de uno de los Estados más antiguos de Europa. ¡Ya no aguantamos más!
No porque el cabreo nos ponga en el disparadero (por ese lado tranquilos, señores de la Turba, en España ya no quedan cojones que nos inciten a saltar gritando ¡Basta!) No aguantamos más, simplemente, porque las piernas ya no aguantan el peso de esa locura que son las autonomías. No nos queda con que soportar su desmesurado coste.
España (por no remontarme) desde 1939, fue “Una Unidad de Destino”. Durante los años malos de la posguerra, hombro con hombro, los españoles de todas las provincias; si, los españoles de todas las PROVINCIAS, cerraron filas y, a pesar de luchar contra los elementos más variados: la desolación que dejo la guerra; el comunismo; el socialismo; la cobarde monarquía, desde tierras lusas; y hasta las Naciones Unidas, se salió adelante (a mi me sacaron), emergiendo todos en la unidad de España. Estado central y, como las empresas multinacionales, unos delegados (gobernadores civiles), dependientes del Gobierno de la Nación, con total obediencia. Los experimentos, con agua de “Litines”
El jodido invento de las Autonomía (juegos de unos imbéciles -usted, entre ellos, señor Guerra, don Alfonso- metidos a aprendices de brujo), han sembrado la simiente de la discordia y, viendo las matas, no cabe duda de que haya sido una malísima cosecha. Se han levantado unas barreras que, como fronteras, separan a regiones y a personas. Y, como algo demencial, hay regiones que se hacen competencia, no de una manera amable, si no a cara de perro. A la amable pregunta de un natural de una región al de otra ¿Como estás? La respuesta es un desairado ¡Peor estás tu! Hay gobiernos que son capaces de dar permiso para montar una empresa que hace vertidos peligrosos al río, porque el agua, corriente abajo, el mal se lo hace a otra autonomía.
La enfermedad va siguiendo unos peligrosos derroteros. Si de verdad hay alguien que tenga interés de salvar al paciente, es el momento de extirparle los diecisiete males que están acabando con él. Es cuestión de sentido común: si los primeros espadas de los partidos no tiene puta idea de como hacer bien su trabajo, ¿es que vamos a esperar que los desechos de tienta que presiden esos gobiernillos, lo vayan a hacer mejor? Santa Gemma está ocupada en milagros más sencillos.
Con todo el cariño de quien siente una gran simpatía por México “lindo y querido”, a esos mexicanos que tienen a bien pinchar este blog y, en general a todos los mexicanos de bien, les felicito sinceramente, por el acierto que están demostrando en la lucha contra los “narcos”. Hay que rogar a nuestra señora de Guadalupe. Como diría don Mario Moreno “Cantinflas” “Pues… un poco más de protección, mi señora de Guadalupe, los malos nos disparan a dar…”.
No porque el cabreo nos ponga en el disparadero (por ese lado tranquilos, señores de la Turba, en España ya no quedan cojones que nos inciten a saltar gritando ¡Basta!) No aguantamos más, simplemente, porque las piernas ya no aguantan el peso de esa locura que son las autonomías. No nos queda con que soportar su desmesurado coste.
España (por no remontarme) desde 1939, fue “Una Unidad de Destino”. Durante los años malos de la posguerra, hombro con hombro, los españoles de todas las provincias; si, los españoles de todas las PROVINCIAS, cerraron filas y, a pesar de luchar contra los elementos más variados: la desolación que dejo la guerra; el comunismo; el socialismo; la cobarde monarquía, desde tierras lusas; y hasta las Naciones Unidas, se salió adelante (a mi me sacaron), emergiendo todos en la unidad de España. Estado central y, como las empresas multinacionales, unos delegados (gobernadores civiles), dependientes del Gobierno de la Nación, con total obediencia. Los experimentos, con agua de “Litines”
El jodido invento de las Autonomía (juegos de unos imbéciles -usted, entre ellos, señor Guerra, don Alfonso- metidos a aprendices de brujo), han sembrado la simiente de la discordia y, viendo las matas, no cabe duda de que haya sido una malísima cosecha. Se han levantado unas barreras que, como fronteras, separan a regiones y a personas. Y, como algo demencial, hay regiones que se hacen competencia, no de una manera amable, si no a cara de perro. A la amable pregunta de un natural de una región al de otra ¿Como estás? La respuesta es un desairado ¡Peor estás tu! Hay gobiernos que son capaces de dar permiso para montar una empresa que hace vertidos peligrosos al río, porque el agua, corriente abajo, el mal se lo hace a otra autonomía.
La enfermedad va siguiendo unos peligrosos derroteros. Si de verdad hay alguien que tenga interés de salvar al paciente, es el momento de extirparle los diecisiete males que están acabando con él. Es cuestión de sentido común: si los primeros espadas de los partidos no tiene puta idea de como hacer bien su trabajo, ¿es que vamos a esperar que los desechos de tienta que presiden esos gobiernillos, lo vayan a hacer mejor? Santa Gemma está ocupada en milagros más sencillos.
Con todo el cariño de quien siente una gran simpatía por México “lindo y querido”, a esos mexicanos que tienen a bien pinchar este blog y, en general a todos los mexicanos de bien, les felicito sinceramente, por el acierto que están demostrando en la lucha contra los “narcos”. Hay que rogar a nuestra señora de Guadalupe. Como diría don Mario Moreno “Cantinflas” “Pues… un poco más de protección, mi señora de Guadalupe, los malos nos disparan a dar…”.
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