“Solo los jubilados pueden aumentar el consumo”. Tal frivolidad se le ha ocurrido a don Francisco Núñez, y ha resultado ser una afirmación tan inesperada, que ha merecido compartir portada del periódico “El Mundo”, con la estupidez que se les ha ocurrido a los de CIU; con la noticia de un accidente de tráfico; con el huracán “Sandy” y con otras dos chorradas más, de las que se usan como recurso. Hoy la portada de “El Mundo” parecía la portada del TBO; solamente le han faltado Mortadelo y Filemón (Rubalcaba y Rajoy).
Las estadísticas siempre salen como quiere que salgan el estadístico que la hace. En el caso que nos muestra don Francisco, teniendo en cuenta que los jubilados españoles, reconocido por él, reciben la segunda pensión más baja de la UE, me parece lacerante para quienes están en una posición en la que, por si mismos, no pueden, por desgaste físico debido a sus edades y por imperativo gubernamental, acceder a más ingresos que los que recibe mensualmente de la Seguridad Social, decir que son los únicos españoles que pueden hacer que aumente el consumo nacional. Las cantidades que reciben los jubilados son muy diversas, pues depende de los años trabajados; de las distintas categorías laborales, o de la clase de trabajo al que se haya dedicado durante su vida laboral activa (industria, servicios, agricultura, la no contributiva y, la que es la repanocha; la madre de todas las jubilaciones, la de los políticos). Como decía anteriormente, las cantidades son diversas pero, las más numerosas son, aplicando la medida de diez, las que estás del tres hacia abajo. Pero, subiendo hasta la tercera posición, si tenemos en cuenta las cantidades que se perciben mensualmente, si miramos que la mayoría de artículos de primera necesidad han experimentado un alza notoria, tenemos que aceptar que del diez al seis, no solamente no pueden ayudar a que suba el consumo, sino que, en todo caso contribuirán en que baje pues, con el mismo gasto, alcanzarán a comprar menos cosas. Entonces ¿Quiénes quedan? El siete y el ocho, bastante harán con ir bandeando el temporal y, si en algo contribuyen en elevar el consumo, será por culpa del IVA; así que solamente el nueve y el diez, con sus buenas pensiones, se podrán dar el placer de contribuir al bien nacional, comprando a troche y moche.
Si tenemos en cuenta, según las estadísticas que un jubilado cobra una pensión de 1.000 euros; destina un 37% en gastos relacionados con la vivienda; un 17% en alimentación (seguro que lucirá un tipo muy fino) y un 19% en transporte, le quedarían 270 euros, para gastos como reponer calzado, ropa interior y demás prendas de vestir; y tomarse una cerveza. ¿Qué es lo que personas así deben hacer para aumentar el consumo? Sinceramente don Francisco Núñez: lo único que pueden hacer es morirse, y el gasto de entierro, seguro que contribuirá a que aumente el consumo.
Verá usted, don Francisco; ahora que no nos escucha el señor Montoro, le voy a revelar un dato, que no sale en su encuesta: economía sumergida, ¡chisss! Disimule. La encuesta, en la que se basa, no tengo más remedio que decirle que está viciada de origen; usted da por hecho que los pensionistas son, con su dinero, los que hacen el total de lo que gastan y eso, es falso de toda falsedad porque, si nos fijamos en como se van recogiendo los miembros de muchas familias, podremos ver que en casa de muchísimos pensionistas, además de los viejos, están los hijos, que por los momentos malos en los que algunos estamos viviendo, han tenido que volver a la casa de donde salieron para formar su propia familia. Estas personas, muchas de ellas, son los que forman parte de quienes viven de la economía sumergida que tanto les molesta a algunos que, a pesar de la crisis, viven como la madre que les parió: políticos, tertulianos en los distintos medios de información, banqueros... Ese es el misterio que, según su estadística, hace que aparezcan los jubilados como presuntos hacedores de que el consumo crezca algunas milésimas. Y ese es el motivo de que en España, a pesar de los pesares, no se haya armado la gorda.
Las estadísticas siempre salen como quiere que salgan el estadístico que la hace. En el caso que nos muestra don Francisco, teniendo en cuenta que los jubilados españoles, reconocido por él, reciben la segunda pensión más baja de la UE, me parece lacerante para quienes están en una posición en la que, por si mismos, no pueden, por desgaste físico debido a sus edades y por imperativo gubernamental, acceder a más ingresos que los que recibe mensualmente de la Seguridad Social, decir que son los únicos españoles que pueden hacer que aumente el consumo nacional. Las cantidades que reciben los jubilados son muy diversas, pues depende de los años trabajados; de las distintas categorías laborales, o de la clase de trabajo al que se haya dedicado durante su vida laboral activa (industria, servicios, agricultura, la no contributiva y, la que es la repanocha; la madre de todas las jubilaciones, la de los políticos). Como decía anteriormente, las cantidades son diversas pero, las más numerosas son, aplicando la medida de diez, las que estás del tres hacia abajo. Pero, subiendo hasta la tercera posición, si tenemos en cuenta las cantidades que se perciben mensualmente, si miramos que la mayoría de artículos de primera necesidad han experimentado un alza notoria, tenemos que aceptar que del diez al seis, no solamente no pueden ayudar a que suba el consumo, sino que, en todo caso contribuirán en que baje pues, con el mismo gasto, alcanzarán a comprar menos cosas. Entonces ¿Quiénes quedan? El siete y el ocho, bastante harán con ir bandeando el temporal y, si en algo contribuyen en elevar el consumo, será por culpa del IVA; así que solamente el nueve y el diez, con sus buenas pensiones, se podrán dar el placer de contribuir al bien nacional, comprando a troche y moche.
Si tenemos en cuenta, según las estadísticas que un jubilado cobra una pensión de 1.000 euros; destina un 37% en gastos relacionados con la vivienda; un 17% en alimentación (seguro que lucirá un tipo muy fino) y un 19% en transporte, le quedarían 270 euros, para gastos como reponer calzado, ropa interior y demás prendas de vestir; y tomarse una cerveza. ¿Qué es lo que personas así deben hacer para aumentar el consumo? Sinceramente don Francisco Núñez: lo único que pueden hacer es morirse, y el gasto de entierro, seguro que contribuirá a que aumente el consumo.
Verá usted, don Francisco; ahora que no nos escucha el señor Montoro, le voy a revelar un dato, que no sale en su encuesta: economía sumergida, ¡chisss! Disimule. La encuesta, en la que se basa, no tengo más remedio que decirle que está viciada de origen; usted da por hecho que los pensionistas son, con su dinero, los que hacen el total de lo que gastan y eso, es falso de toda falsedad porque, si nos fijamos en como se van recogiendo los miembros de muchas familias, podremos ver que en casa de muchísimos pensionistas, además de los viejos, están los hijos, que por los momentos malos en los que algunos estamos viviendo, han tenido que volver a la casa de donde salieron para formar su propia familia. Estas personas, muchas de ellas, son los que forman parte de quienes viven de la economía sumergida que tanto les molesta a algunos que, a pesar de la crisis, viven como la madre que les parió: políticos, tertulianos en los distintos medios de información, banqueros... Ese es el misterio que, según su estadística, hace que aparezcan los jubilados como presuntos hacedores de que el consumo crezca algunas milésimas. Y ese es el motivo de que en España, a pesar de los pesares, no se haya armado la gorda.
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