lunes, 5 de noviembre de 2012

PANOPLIA DE IRREGULARIDADES.

Esta semana que terminó ayer, hemos asistido a un suceso que se ha llevado por delante la vida de cuatro criaturas, al tiempo que les ha traído la pena a sus familias, para el resto de sus vidas. Cuatro jóvenes vidas cercenadas, apenas extremadas. Y, ¿por qué han tenido que morir esas cuatro muchachas? ¿Quién o quienes son culpables de tal desgracia? Parece ser, según vamos leyendo en los diarios y oyendo en los medios audiovisuales, a nadie alcanza la responsabilidad del suceso luctuoso. Eso, no puede ser así; no se puede consentir que ninguna de las personas e instituciones, que han intervenido en la celebración de la trágica “Fiesta”, les valga el lavarse las manos como Poncio Pilatos. Hay culpables puntuales a los que la justicia debe castigar y, hay culpables, por permisividad a los que debería ser posible que, de alguna manera, aplicarles un castigo ejemplar.

Desde la iniciación del nuevo siglo, por estampida, en macro fiestas musicales, sin contar el de Madrid, han habido cinco, en distintas partes del mundo: Julio de 2010, Disburgo, Alemania= 21 muertos y 300 heridos; Mayo 2009, Rabat, Marruecos= 11 muertos y 40 heridos; Diciembre 2004, Buenos Aires, Argentina, 139 muertos, sin constancia de heridos; Febrero de 2003, West Warwick, Estados Unidos= 95 muertos y 187 heridos; Julio de 2000, Roskilde, Dinamarca= 8 muertos y 26 heridos. No fue suficiente aviso, para nadie, el primer suceso en el año 2000, a pesar de haber llegado precedido por otros cinco casos similares durante los últimos años del siglo anterior; ni el segundo; y ni siquiera el quinto.

Las autoridades municipales de Madrid, expidieron licencia para una macro fiesta, con Steven Aoki, D.J. de lujo, para un local en el que se preveía la afluencia de unos diez mil asistentes. ¿Se previó por parte de las autoridades municipales el suficiente número de policías municipales, para dar servicio al evento? ¿Hubo alguna autoridad –municipal o estatal- que tuviera en cuenta las estampidas ocurridas con anterioridad en otros países, por eventos similares? ¿Hubo el necesario celo, por parte de los empleados de la Empresa, en el registro de los asistentes para que no pasaran bebidas alcohólicas y otras sustancias? Está claro que la respuesta a mis preguntas es un rotundo no. Según declaraciones de personas que estuvieron en el interior del local, no se visaron los carnets de identidad, por lo que muchos de los asistentes eran menores de edad; se vendieron varios miles de entradas, por encima de la capacidad oficial del local; no se cacheó a los asistentes convenientemente, por lo que pudieron pasar, además de petardos y bengalas, puños americanos y armas punzantes; el alcohol y “lo otro”, no digo que en general, pero si de forma muy notoria, tomó parte en la fiesta y, por si la cosa no fuera suficiente, las personas que ejercían la seguridad particular, personal de la empresa, no fueron capaces de impedir la entrada de un buen numero de individuos que, a poca distancia, habían estado de “botellón”.

La panoplia de irregularidades que rodean a este desgraciado suceso es muy amplio y, por mucho que el Ayuntamiento de Madrid, con la alcaldesa al frente; los organizadores de la fiesta, y hasta los gobiernos regional y estatal, se empeñen en echar la culpa al empedrado, todos ellos son, por acción u omisión, responsables de que Katia, Rocío, Cristina y Belén, hayan perdido la vida aplastadas por la negligencia de las administraciones y por la avaricia de los promotores.

Ahora, la excelentísima señora doña Ana Botella, Alcaldesa de Madrid, dispone que el Ayuntamiento no vuelva a expedir licencia para ese tipo de eventos. Y yo, con la humildad de quien solamente es Eloy R. Mirayo les digo, usted/es, los políticos y políticas de este “país” que han conseguido que una gran parte de nuestra juventud, que debería ser la mejor propuesta de futuro de la Nación, se embrutezca nadando en alcohol y drogas; una mala manera, pero manera, de tenerles en el “rebaño”.

Es muy duro perder una hija en tan extrañas circunstancias. Aunque no se si les llegará, les expreso, desde esta “Mi trinchera”, mis más sinceras condolencias. Se lo que digo porque mis padres perdieron al menor de sus seis hijos, Roberto, de seis años, atropellado por una camioneta, de lo que jamás se repusieron.

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I am glad to see from various locations in England, read those things that occur to me about the various problems that we are moving in Spain. It is a true shame that, if what I say you are interested in, dear friends, not me as you do know. When I started writing this blog, encouraged by my comrade Rafael Estremera, did not expect to have such a good response, but now, after two years, unless a good friend in Argentina, I have no news apart from the white dot on the map of England.

Me bastaría un escueto Hello Eloy

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