A mi, lo que hayan dicho los antiguos mayas sobre el fin del Mundo, me tiene sin cuidado; lo mismo que me tiene sin cuidado los malos augurios en el mismo sentido de los padres del sobrecalentamiento de la tierra y el cambio climático; que les vayan dando. Pienso que como a mí me preocupa, a los gobiernos del mundo civilizado, o primer mundo, les desbebería preocupar la desigualdad, en las condiciones de vida en el segundo y tercer mundo, además de las que se dan en sus propios países. El Mundo no es la fuente de donde brota el maná para unos pocos países que se dicen civilizados.
1.020 millones de seres humanos pasan hambre en el mundo. Una sesta parte de la humanidad sufre desnutrición, la mayor cifra hasta el día de hoy. 8 millones de niños mueren en el mundo de enfermedades con posibilidad de ser atajadas.
Le desesperación que brota de la miseria puede convertirse en un arma más letal que la bomba atómica. Un enemigo hambriento, para quien la muerte es su liberación, es el más peligroso de cuantos enemigos te puedas enfrentar. Y no hay que llegar a ese punto: algunas partes de África, Asia, Centroamérica y Sudamérica se encuentran en unas condiciones infrahumanas, a pesar que algunos de esos lugares son fuentes de materias primas que se encuentran en manos de empresas del primer mundo, donde se fijan los mayores beneficios.
La migración no puede ser la única solución para aquellos pueblos; la inmigración, en el mundo desarrollado no tiene más futuro que la delincuencia, la prostitución y, en el mejor de los casos, el abuso laboral.
Los continentes gozan o sufren sus peculiaridades de todo tipo: cultura, enfermedades, clima, alimentación. Conviene tener en cuenta que cuando una persona se ve en la necesidad de emigrar, y lo hace a un lugar diametralmente diferente, su organismo tarda un tiempo en normalizarse, en lo físico, y mucho más tiempo en lo psicológico; hay quien para su desgracia no lo logra.
Voy a usar un topicazo ¿que quereis? no doy para más. En este asqueroso primer mundo, en el que estamos condenados a vivir, se crean unos excedentes, no solamente en alimentación, que si se usaran en las zonas deprimidas de África, por poner un ejemplo, muchos africanos no tendrían necesidad de dejar Patria y familia, y emigrar para pasar, en muchos casos, hambre y vejaciones en países lejanos, difíciles de comprender y ser comprendidos.
El ser humano, muchas veces, es ese cabrón capaz de gastar grandes sumas en crear ingenios espaciales y armas sofisticadísimas capaces de matar a medio mundo; capaz de quemar millones de dólares, libras esterlinas, euros y rublos en frivolidades, pero no es capaz de comprender que a todos los seres humanos de este mundo se les debería respetar el derecho a alimentarse; a ser atendidos sanitariamente; a la enseñanza y a una vivienda digna.
Dicen que el ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios… que se lo digan a los habitantes de Etiopia, Senegal, Zambia, Zimbawe, Haití, Burundi, Sierra Leona, Mozambique; Angola, Swazilandia… y, algunos más.
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