jueves, 16 de octubre de 2025

SUBESPECIE INIDENTIFICABLE.

El muro de mis lamentaciones es este viejo ordenador, a juego con mi DNI, que me acompaña durante el descanso mañana-tarde en el trabajo, contándome chismes (¡que no se dé qué coño los saca! Quizás de Youtube o… vaya usted a saber) 

de la política y cabronadas e “hijosocietes” -esto como insulto es más potente que hijoputeces- de los políticos, la totalidad de los rojos, los separatistas y los terroristas, a los que se unen no pocos de la “derechita cobardica”, sin importarle lo más mínimo las consecuencias dolosas que por su naturaleza (plástico, cristal, bobinas, chips y otro montón de cosas irreconocibles) los “palos” no serán para él, y si recaerán sobre mi encorvada espalda. Espero que las “hermanitas de la paz”, los asesinos de HAMÁS sean capaces de diferenciar entre uno y otro muro. 

Por cierto; no le vendría nada mal darle al de Jerusalén un buen repellado que cubra tan mal trabajo de mampostería.

A la izquierda española (la verdad es que en general toda la izquierda mundial) ni siquiera les da para estar orgullosos de ser especie única, ya que los hay, y se les puede ver además de aquí, en Francia, Italia, Portugal, en USA, Méjico, República Dominicana, o en barquichuelos de toda laya camino de la franja de Gaza. En fin; ya digo y sé que me repito, que los hay prácticamente sobre el total de la corteza terráquea.

Y hasta sea posible verlos en algunos lugares revoloteando por la atmósfera o arrastrando la barriga por el subsuelo, a cinco metros de profundidad. Así es como se les ve actuar en el Congreso o en el Senado, y de inmediato se les reconoce –eso no es discutible- como una subespecie inidentificable, posiblemente por el múltiple apareo de machos de distintas clases de animales -reptiles, volátiles, acuáticos- con una hembra caprina, siendo su descendencia muy distinta de la normalidad de los bebés humanos, por haber sido paridos por el ano en el retrete de un bailongo cutre. Así van siendo dados a luz desde el primer parto… Carrillo, Stalin, Trotsky, Mao Tse Tung…

Eloy R. Mirayo.







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