Ayer, en el local donde tenemos nuestro negocio -ya lo llevan mis hijos y yo sólo les ayudo, dentro de lo que mis fuerzas me lo permiten- comentando banalidades con tres señoras, clientes desde hace muchos años, salió el tema de la edad y una de las señoras “declaró” que tenía vividos noventa y tres veranos y, volviéndose hacia mí, me preguntó por mi edad.
-“Ochenta y siete, y corriendo como un loco hacia los ochenta y ocho, contesté.”
-Seis años, más o menos más joven que yo- dijo la señora después de hacer la necesaria operación aritmética.-No, mi querida amiga, no son seis años mas joven, sino menos viejo. Lo de jóvenes lo tenemos bastante lejos.
El asunto, pido perdón por el rollo entrante, es el mal uso que se está dando a nuestro querido idioma. Eso es culpa de este asqueroso sistema llamado Democracia, que parece divertirse poniendo “en órbita” a tanto desnutrido intelectual. Y lo hace tan exageradamente que, ahí, en la jefatura del gobierno de este país, España, tiene puesto a uno, cuyo único conocimiento, por cercanía, es del negocio de las “saunas gais”, y otros veintidós, uno en cada ministerio. Estos/as, ni siquiera eso, aunque falsifiquen títulos universitarios.
Lo que ahora se conoce como Progreso y progresista, es otra gracia de la impúdica Democracia comparándole con aquel Progreso que significaban los avances de la Ciencia y los amejoramientos, el mejor aprovechamiento de lo que ofrece la Naturaleza en pos del bienestar de la Humanidad. Resulta que ahora Progreso es arrancar los olivos, quemar los campos de cultivo, para sembrarlos con “cogedores de energía solar” y horrorosos molinillos cogedores de energía eólica.
Progresistas: “son acreedores de ese título” quienes con su proceder “progresista” van destruyendo profesiones, al tiempo que monopolizan la economía -y un inhumano poso, del que jamás se logra salir: el paro, en continuo crecimiento- reduciendo la posibilidad de subsistir a todos los que tenemos nuestras manos y nuestro esfuerzo físico y mental como las herramientas dadas por nuestra naturaleza para conseguirlo.
La están ganando, quienes tienen la llave del Progreso, ellos son los que le coge y lo zarandean como le sale de los huevos. Si, esa gentuza está ganando la guerra que unilateralmente vienen manteniendo contra la especie humana, al tiempo que recogen todo cuanto va quedando en el “campo de batalla”.
Un dato y me levanto para subir a trabajar: en todos los países desarrollados (los países ricos, que dicen) es mayor el número de personas que fallecen, que el número de nacimientos, a pesar de que la inmigración echa una buena mano. Ellos también la perderán.
Eloy R. Mirayo.
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