miércoles, 27 de agosto de 2025

SEÑORA VICEPRESIDENTA.

-Buen día tenga usted, señora vicepresidenta ¿Descansó bien la señora vicepresidenta? 

Inclinándose un grado hacia delante doblando la cerviz, saluda el funcionario de la Policía que hace guardia en la puerta del ministerio. 

La vicepresidenta se queda parada, titubeante y tartamudeando vocablos ininteligibles, azorada (azorada, no azorrada. Si acaso presunta) y es entonces cuando el secretario hace entrega de un folio con la contestación adecuada escrita a grandes caracteres a la señora vicepresidenta. Ella lo lee al tiempo que contesta:

-“La eme con la u y la i rara es, muy, la be y la i que es un palito con un punto en la punta es, bi, y la e delante de la ene es, en. Todo junto, ¿todo junto es… Mu y bi en? 

–Si, señora vicepresidenta, contestó el secretario


-¡Joder! ¡Muy biennn! – alborozada la señora vicepresidenta daba saltitos, no muy alto, hay que tener en cuenta su edad- ¡Eso, eso! ¡Muy bien! He descansado muy bien. 

Alegre y contenta se alejó con extrema rapidez a su despacho, con la sana intención de ponerse a la tarea de tocarse “el higo” -chumbo- a una o dos manos, según viniera la cosa, y sin intención de dejarlo mientras no se le ocurra llevar a cabo otra gilipollez de las típica en ella. Algo así como lo de “fijo-discontinuo” o lo de “solo si es si”. Que se llegó aquí, por el actual gobierno.

Ese es el nivel intelectual que se necesita, -hay cabrones, varias veces millonarios muy conocidos que a eso impulsan utilizando para ello a la turba más soez, prostibularia, drogodependiente, “progue”, choriza y democaquíta que exista en el momento- generalizado en la totalidad de un gobierno, incluido el presidente, para alcanzar el maligno éxito de hacer desaparecer todo un país y… no lo tenemos lejos.

-Señora vicepresidenta ¿Qué tal se le dio por su tierra? ¿Qué tal en Vigo? 

– “¡Como me quieren en mi tierra! Da gustirrinin. Me decían de tó. Como me lo decían en español… no lo puedo repetir.

-¿De verdad la quieren mucho allí a la señora vicepresidenta? 

-Si; mi mamá me ama. Mi mamá me estima y se tira pedos en la cocina… ji ji jí ¡Hele ahí! ¡Qué gracia que tengo!

Después de escuchar esta historieta (a mi no se me ocurren estas cosas) en un video dando vueltas por Youtube leí estas opiniones y, no sé por qué, se me ha ocurrido ponerlas como final:


@mariadelacruzadelaidanunez3423: Esta tenía que estar en la cárcel)

@EvaM.-db2ck: Pero, ¿no ha ido a ayudar a las brigadas contra incendios?

@JavierMengibar-s2c: La única neurona de la Tucán se tiene que sentir muy sola

Eloy R. Mirayo.



domingo, 24 de agosto de 2025

NO PUEDEN CORRER CON TODO LO QUE SE NOS LLEVAN

El apellido Mastantuono es de origen italiano y se cree que son genuinos de Calabria y Sicilia. El significado exacto de Mastantuono no está claro, pero podría interpretarse como "maestro de tonos" o "maestro de la armonía".

Deliberadamente “los plumillas” (la indecente política asoma por todas partes) más importantes de los espacios mediáticos del deporte nacional (¡el futbol!) olvidan el nombre de pila: Franco que, por pura lógica, debe estar en primer plano, no obviando el apellido, al referirse a esa criatura de Dios, en sus crónicas en papel o audiovisuales. Pero son tan cobardes que el miedo les hace sufrir todas las noches con la pesadilla de ver el Bernabéu, absolutamente repleto de personas gritando a todo pulmón ¡Franco, Franco, Franco!

Esa suciedad informativa que se da en la mayoría de los espacios dedicados al deporte de este país, es fiel reflejo de lo que ha venido ocurriendo a nivel político con la Franqueza, el mal trato recibido, desde la turbia “llegada” de esta democra-caquítica versión gubernativa de España que ha sido tan grave, que ha terminado siendo víctima de vil asesinato progresista, sustituida (rápidamente asumida por la peor parva política del Mundo: la española, y en particular la del “bipartidismo corrupto-trincón) por Hipocresía, que es para ellos herramienta de uso diario.

De la misma manera, o peor aún, fue lo que desde hace mucho tiempo viene sufriendo la palabra Hostia, que como todos sabemos, es el nombre que se le da a una pequeña oblea de pan durante la Eucaristía, que se transforma para el creyente, en el cuerpo de Cristo, así instituido por Jesús en conmemoración de la “Última Cena”, se ha convertido, con la vulgaridad imperante, en un vocablo “muleta” de necios con escaso conocimiento del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


Franco, no es Francisco Franco Bahamonde que tanto miedo les da. Franco, es una palabra que viene de franqueza y que se adorna con cosas tan en el olvido de este “democáquito” sistema cobertor indispensable de delincuencia política, como son la sinceridad, la honradez, la transparencia, la claridad, la veracidad, la naturalidad…

Pero la realidad es que todo lo delincuencial conforma el santo y seña de este despreciable enjambre de sanguijuelas infructuosas que, tomando apariencia humana, nos está absorbiendo cada uno de nuestros derechos, al tiempo que nuestro patrimonio, con tanto empeño que hasta los últimos gramos de mierda que milagrosamente aún queda en nuestros intestinos, se nos los quieren llevar para redondear el “festín” progre… y eso que ya están hasta las cejas. ¿Verdad Sánchez? ¿Verdad Feijoo? ¡A por ellos, VOX! Que son pocos y no pueden correr con todo lo que se nos llevan.


Eloy R. Mirayo.


martes, 12 de agosto de 2025

BANDA POLIGUBERNAMENTAL.

Yo también he pasado desde agosto del 2024 hasta el 1 de este agosto esperanzado en que algo muy bueno (¡por fin!) nos pudiera llegar a pasar a los españoles, además del veraneo, algo que daría un giro espectacular a esta maligna anormalidad, producido desde dentro de España o desde fuera, con la intervención de los organismos europeos y mundiales de los que dependemos, una vez cedido nuestro albedrío. Un algo que descerrajaría la hecatombe sobre el Mal, afectando con la máxima gravedad a quienes encabezan el bipartidismo en nuestra política nacional.


Hecatombe que, una vez hecha limpieza general, sea creadora desde ese presente restablecedor de lo que fue y tuvo España, enseñándonos el futuro que ella se merece. Futuro que, al fin y al cabo, es el de todos los españoles, y de todo extranjero que nos haya venido con el deseo de ganarse honradamente la vida con su trabajo.

Hoy es día 12, casi medio mes vencido y… ¿Está claro que mi futuro como vidente es un asco? Pues eso.

Mi deseo no es tan drástico -¿pena capital? una mica menos- para atajar el mal que nos está infringiendo esta banda mixta de ajenos a la decencia, y desconocedores absolutos de aquello que en tiempos pasados mereciera tanto respeto y que no es otra cosa que ¡la vergüenza! Banda poligubernamental creadora de masa delincuencial en la que intervienen corruptos prevaricadores, golpistas, asesinos bajo manto que no pueden tapar sus crímenes, puteros, cocainómanos, usurpadores de títulos universitarios (pero ¿cómo es posible tanta cantidad va saliendo de gilipollos, gilipollas y gilipolles que están apareciendo retratados diariamente en los distintos medios de comunicación?


Óigame, son… nuestros políticos del momento, herederos de “aquellos padres de la patria”. Ah, claro, mecachis, mecachis. Y ¿no había mejor genero? ¡a quien se le ocurriría ir de compras al Cobo-Calleja! Todo eso me lo cuento a mí mismo y, además de no creerlo, me dan mareos. ¡Mia tú! Comprar en “Saldolandia” es aventurarse a comprar, como alguien compró pa mi patria, un Sánchez que, visto lo visto, en cualquier otro país europeo, estaría sumando días hasta hacerse viejo en prisión. Con eso me conformo. Es que yo soy muy modesto ¡coño!

Eloy R. Mirayo.


domingo, 3 de agosto de 2025

ARRIMANDO EL HOMBRO.

Este sistema político, Democracia -aunque sin que se peque podría llamársele por sus resultados Mierdocracia-, da la sensación, y no parece equivocada, que desde ella no solo está permitido tergiversar el sentido de las palabras, sino que también sirve –sin merecer correctivo- a sus “clérigos”, para tergiversar, disfrazando al antojo, lo que es en sí, cualquier decisión, cualquier situación, o cualquier ocurrido u ocurrencia personal de quienes manejan la autoridad, desde cualesquiera de sus grados.

De tal manera es así que, algo tan indecente como puede llegar a ser una dolorosísima traición de amplia repercusión nacional, el sinvergüenza “actor de turno” -sin necesidad de haber sido el autor-, la intentará hacer pasar, y lo peor es que en la mayoría de las ocasiones lo consigue, por una acción meritoria, digna de “glorificum sumun”.


Verbi gratia: “y yo vengo a salvar el régimen del 78” -les decía a los de BILDU- Si. Lo que les permite a ustedes estar aquí. Si, a pesar de todo lo que han hecho. Figúrense que grandeza, la democracia del 78, que personas como ustedes puedan estar aquí”.

Así se expresó el señor Feijoo, presidente del Partido Popular “alias PP”, en el Congreso de los Diputados, con el mayor de los desahogos, recibiendo el encendido aplauso -yo, como Abascal, diría que aplaudiendo como focas- de sus ciento treinta y seis fidelísimos diputados, incapaces de reconocer que lo que hicieron los políticos en el año 78, y ahora valora el incombustible político gallego, fue una gravísima traición a España, a las 854 víctimas mortales y a las innumerables víctimas con daños físicos y los que lo fueron con daños económicos y al conjunto respetable de los españoles -a los otros que les den-, permitiendo que los separatistas asesinos y los que no llegan a tanto, !estén aquí! Mancillando su Congreso, su Senado y su municipalidad, interviniendo dañinamente en su gobernación.

Pobrecita mi patria si quien aspira a su cuidado cree que es buena cosa que quienes quieren destrozarla, tengan “cuadrilátero” para ello, y además cobren de nuestros euros.


Y ahora insisto ¡coño! ¡¡insisto, jope!! Las elecciones pueden estar ahí mismo, y tenemos que estar preparados. No debemos pensar, viendo las encuestas, que VOX, en un plis plas, como Superman, nos sacará del enjambre delictivo en el que esclavizados, el bipartidismo, con la ayuda del rijoso rojerío nacional, nos tiene sumidos (ya con pensarlo es una cabronada).


Hay que colaborar arrimando, con todas nuestras fuerzas -las mías quizás las últimas- el hombro, para conseguir librarnos de tanto golfo.

Ya… pero no tengo ganas de quemarme la sangre buscando el merecido insulto.

Eloy R. Mirayo.