jueves, 11 de julio de 2024

LA AMAÑADA LÓGICA DE LA INSEGURIDAD ABSOLUTA.

Esta inseguridad en la que se vive en España, infame atmósfera política que en la actualidad nos vemos obligados a tragar, por maniobras de mal gobierno, se ha convertido en la irrenunciable herencia que el ser humano recibe desde el instante en el que se efectúa la fecundación del óvulo por un espermatozoide. Desde ese preciso momento ese maravilloso proyecto humano no cuenta con la seguridad de llegar un día a ser el principal actor del parto porque, a ciertos políticos con gustos criminalescos, y no son solo los rojos, en la banasta también van pepinos y liberales -¡sí! que los hay- han abierto la veda del nonato.   

Todo lo demás: estudios, negocios o amores son, más o menos simples proyectos, sujetos en estos momentos al peligroso albur contra lo que no se puede luchar con intención de vencerlo, porque está sujeto a la amañada lógica de la inseguridad absoluta. Y eso con mucha frecuencia la convierte en manos sucias, en la herramienta más empleada de cuantas utilizan los más despreciables neocaciquillos políticos como... Sánchez, Maduro, Putin o Macron para doblegar la voluntad de las personas que desgraciadamente han caído bajo sus gobiernos.

No, no siempre ha sido así, al menos en España. El altísimo nivel de inseguridad no ha sido la consecuencia de brote puntual por explosión, sino que, desde un nivel aceptable, un riesgo descabelladamente admitido, que ha ido creciendo como la zarza, hasta ser la más temible amenaza que jamás haya sufrido la humanidad.

De la inseguridad ya no existe nada ni nadie que se libre. El propietario de una vivienda sale a la calle temiendo que al regresar le hayan okupado su casa. Ella o el, que se van a casar, no tienen la seguridad, el, de que se ha casado con una mujer autentica, o lo ha hecho con un tío que se ha cortado “la antena”. Y ella, temerosa de si en vez de casarse con “macho integral” lo ha hecho con una “semejanta” que se ha cosido una salchicha de Frankfurt entre las piernas. Tampoco las personas empleadas, desde el o la gerente de la empresa al servicio de limpieza, cuando se van cumpliendo su horario, se van con la seguridad de poder “repetir la jugada” al día siguiente. El intento de poner un pie fuera del portal de casa no te asegura que llegues a posarlo en el suelo antes de que un facineroso -con muchas posibilidades “enemigo del jamón”- te rompa la crisma con un bate de béisbol o te ensarte como pincho moruno. ¿La cosa tiene remedio?  Si el voto lo recibe un sinvergüenza, la cosecha que se recibe da para hacer una grandísima era. Si el voto lo recibe un cabrón, jamás te faltara una cabronada en tu vida por mucho que vivas. Si el voto lo recibe un hijoputa… ¿Qué es lo que esperas? Qué triste tendencia la de los  españoles, tres de tres

Eso de “de la inseguridad ya no existe nada ni nadie que se libre” es una inexactitud que debo corregir: el ministerio de Hacienda existe.

Eloy R. Mirayo.


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