Las Elecciones Generales se acercan y no se rompe el silencio (solo se escucha a VOX) que se ha establecido en toda España sobre lo que debería ocurrir respecto a la responsabilidad personal y de grupo que pudiera afectar al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el "maestro" que hace las "faenas", y al resto de su patibularia cuadrilla de maletillas.
Eso a las personas normales a quienes la inteligencia nos permite medir la ración de maldad que este gobierno nos ha venido aplicado desde su desgraciado advenimiento, nos tiene desasosegados temiendo que esos canallas, después de habernos dejado llagueados todos nuestros derechos, nuestra economía y hasta la salud, pudieran salir impunes y con los bolsillos bien repletos.
No alivia nuestros temores escuchar por la radio, la tele o en YOUTUBE que ,"en las próximas elecciones estos golfos serán castigados con las urnas".
No es ese el bálsamo que necesita nuestro quebranto. Esa "masterclass" de futurología justiciera no es suficiente para aliviar nuestro chuchurrido presente. ¡Ni muchísimo menos! A no ser que se nos prometa seriamente por quienes auguran esa bonanza que llegado el momento, bien por adelanto o al final de la jodida legislatura, el castigo de las urnas llegará porque estén dispuestos a agarrar una de esas urnas para emprenderla a mandóblicos urnazos contra las pecadoras cabezas de toda esa gentecilla hasta que se haga harina el plastiquillo transparente.
¿No son las formas? Pues claro que no. Para esos asuntos que bien presentados podrían alcanzar, y hasta rebasar, la categoría de execrable delito, aún nos mantiene a los españoles esperanzados conociendo la pureza de la Justicia y la lealtad de quienes la administran e imparten.
Nadie en su sano juicio puede estar por la violencia cuando existen cauces más amables y tranquilos para alcanzar el fin que se persigue, pero ¡es que es una gozada imaginarse a la sindicalista Díaz "toa despeiná", arremangados para no tropezar los faldones que suele llevar, corriendo a todo correr delante de policías y guardias civiles con los lazos y las esposas preparadas!
La aparición en la política de tanta gente innoble y de tan bajo nivel intelectual, lejos de traer algo positivo -sería como pedir rosas a un algarrobo-, solamente han sido capaces, como "magos chungos", de convertir en una mierda mayor, la mierda de política que ya teníamos, y enmierdar todo cuanto manosean, incluyendo el idioma, directamente desde sus propias bocas.
Eso es algo que de ninguna de las maneras puede volver a ocurrir en España. El daño alcanza a tanto; el desgarro es tan grande; la podredumbre es tan profunda, que la solución puede que sea dejar que todo cuanto ahora hay caiga; que desaparezca todo lo viejo, e inventarse algo distinto; otra cosa absolutamente limpia, luminosa y fresca con olor a sonriente Primavera.
Eloy R. Mirayo.
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