Según va pasando el tiempo, el estado de las autonomías se está pareciendo al caso de aquel inventor que ideó un tremendo artilugio y jamás llegó a usarlo porque no fue capaz de entender su funcionamiento, ni para que podría ser usado.
Resulta muy difícil entender que sentencias y resoluciones de los más altos tribunales de la nación, que obliga a ser aceptadas y establecidas en su función, haya quien no respete el ordenamiento.
"El Estado puede impugnar los actos o leyes de las Comunidades Autónomas cuando estime que suponen una vulneración de la Constitución o del sistema de distribución competencial, mediante la interposición del correspondiente recurso o conflicto ante el Tribunal Constitucional".
La cosa parece más que clara, transparente. Pero ¿qué ocurre si algún cabrón, -que de todo hay en la "viña autonómica del señor Pedro"- que desde la presidencia de una de las individuales piezas del "tremendo invento" decide pasarse por el arco del triunfo las sentencias y las resoluciones de los altos tribunales que administran la Justicia?.
¿Qué va a ocurrir con el Gobierno de la Generalidad de Cataluña -y cuando ocurra, que no ha de tardar, contra otras de esas "individualidades", porque la mierda les atrae- que ya ha dejado claro, promoviendo movilizaciones callejeras, que no va a aceptar la sentencia del TSJC que determinó sobre la obligación de impartir el 25% de las horas lectivas en castellano?
¿Qué organismo tiene el Estado con más fuerza y que exija más respeto que el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional?. Lo siento por ellos pero en el futuro los catalanes inteligentes que quieran también hablar perfectamente en castellano, tendrán que salir de Cataluña, porque que nadie espere que Pedro I "El Embustes", mueva un solo dedo por algo cuya solución pudiera perjudicarle personalmente, por mucho que esa solución sea de Justicia.
Y, por otro lado ¿qué esperar? habiendo visto a donde, Pedro I "El Embustes", ha sido capaz de negociar con las consecuencias del gravísimo delito criminal de intento de separación de Cataluña del resto del territorio nacional por un grupo de... (a ver qué digo) ¡jodidos paletos traidores a España! y delincuentes comunes malversando sus dineros.
La herencia que nos dejaron los "padres de la nueva patria" con el Estado de las Comunidades Autónomas no creo que sea algo que agradecerles por parte de los españoles, sino de tenérselo muy seriamente en cuenta, ya que como nos tiene demostrado desde el principio, los únicos que se satisfacen y sacan beneficio de el, son los políticos con sus muy importantes sueldos y bicocas de todo tipo (sin entrar en más). Al resto, solamente la insatisfacción de pagar más cantidad, como si ya no fueran bastantes, de impuestos.
Algún día alguien mucho más inteligente que yo, lo que no es difícil, publicará un estudio de lo que a los españoles actuales y a los que vengan en el futuro, nos ha beneficiado y les irá a beneficiar a ellos el "tremendo" invento de las autonomías, y de en qué y cuánto nos ha perjudicado. A nosotros y les perjudicará a ellos. Con un par de folios para apuntar el beneficio y una resma de folios para apuntar el perjuicio, poniendo en primer lugar, como grifo, el desarraigo de lo nacional en beneficio de un localismo ruin condenado a la insuficiencia.
Eloy R. Mirayo.
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