martes, 21 de septiembre de 2021

AHORA CUALQUIERA VALE PARA MINISTRA.

Absolutamente todo se puede medir en esta vida, la temperatura que nos regala el Sol, a veces un tanto exagerada; la velocidad del viento; la distancia entre las cosas; el agua cuando nos cae del cielo; el grueso de un filete de solomillo sacado de una ternera. 

Reyes Maroto -que no es familia del de la amoto- es la peculiar ministra de Turismo del actual "gobierno Sánchez" a quien la terrible multi erupción volcánica que esta dañando el patrimonio de tantísimos palmeños, le parece un "espectáculo maravilloso" y "la erupción de La Palma es un reclamo turístico que debemos aprovechar", lejos de reparar en lo negativo, parece contemplarlo como un maná; un  premio gordo de lotería que les ha tocado a los palmeños que, con la masiva colaboración de los turistas ávidos de emociones, les hará ricos, sin la necesidad de haber comprado el correspondiente décimo que compramos todos, a los que nunca nos ha tocado ni siquiera una gorda. 



También hay artilugio que puede llegar a medir, en el ser, o en la sera, humano, o semi, la capacidad de tontuna anal con la que nos suelen tocar los cojones a diario, tanto tonto y tanta tonta del culo que, con demasiada frecuencia, vemos pulular por las altas esferas de la política nacional. Y también existe un medidor, las personas con criterio lo tenemos muy bien localizado en nuestro cerebro, para clasificar "con mérito" el tamaño e intensidad de la gilipollez de tanto gilipollas que últimamente -desde hace  cuarenta y seis años- llegan a alcanzar altos cargos gubernativos.

La diferencia entre la inteligencia y el conocimiento es algo muy parecido a la diferencia que existe entre un caudaloso río y una simple meada, por gorda que esta sea. Tanto el río como la meada son dos corrientes liquidas que discurren sobre el suelo pero... ¡Hay que joderse si hay diferencia!

La gente que, como hacemos en la nevera, son capaces de almacenar conocimiento que recogen de los libros sin mas, solo son unos simples usuarios de las creaciones y logros intelectuales de las personas inteligentes que, a deferencia de los ilustrados, siempre son mas sencillos y generosos con quienes no somos inteligentes, ni estamos ilustrados.

El inteligente, ante el vomito dañino que en todas direcciones está ocasionando una erupción volcánica que se esta llevando por delante la viviendas, enseres domésticos y la vida animal en cientos de hectáreas, solo puede sentir dolor, siendo capaz de valorar todo lo que se está perdiendo entre las llamas. 

Nunca a persona inteligente se le ocurría (la ministra antes mencionada, Reyes Maroto: "y disfrutar de algo inédito de poder ver en primera persona -quizás debería, si la inteligencia le da para ello decir, no in situ, que sería suicida, sino utilizar, en directo-) ignorando la angustia de las víctimas, sacar de las entrañas del mal algo positivo porque eso solo queda para quien, intentando el engaño, va disfrazada de inteligente por la vida. Sin notar que se les esta viendo el culo, del que se nutre su tontuna.  

Hay gente tan gilipollas; tan tontas del culo que, cuando se les muere alguien tan querido como pudiera ser su propia madre, su marido, un hijo, o la mascota (¡no... la mascota no. Cualquiera de ellos o todos juntos pero la Susi, no!) se alegra porque así le queda mas espacio en la casa para recibir a sus amistades.

Está claro que ahora cualquiera vale para ministra.

Eloy R. Mirayo.


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