La España respetuosa de la Ley, después del bochornoso espectáculo que se dio el pasado domingo en la española Cataluña, se encuentra expectante ante el silencio e inactividad del gobierno de la Nación. Las puertas de los centros penitenciales están abiertos a la espera de la llegada de inquilinos.
¿A qué obedece el sospechoso retraso? Esperemos que como ha venido sucediendo durante estas últimas cuatro décadas, el mirar al lejano horizonte con las manos en los bolsillos y silbando la musiquilla de "Despacito", no sea el ungüento
que el señor Rajoy piense utilizar en esta herida; es demasiado profunda como para que no se utilice, de una puñetera vez la eficaz ayuda de la cirugía que prescribe la Carta Magna,
limpiadora de las úlceras que el intento de sedición de los separatistas hijos de puta, ha ocasionado en la sociedad local de toda Cataluña, y en la general de toda la Nación.
Alguien lo tiene que pagar, y no barato. El odio que han fomentado, incentivado y engordado los muy cabezones, lo han inoculado con tal potencia en la sociedad catalana, que la magnitud de su estallido el día 1 de octubre, ha destrozado la convivencia y son muchos los matrimonios rotos y cantidad de familias enteras en las que han roto a perpetuidad las relaciones entre hermanos; entre padres e hijos; en lugares de trabajo; etc,. Alguien lo tienen que pagar, pero no sólo los hijos de puta que para la consecución de ese delito han usado el altavoz de la Generalidad; también es necesario que paguen su alta cuota de culpabilidad quienes durante tantos años, por intereses bastardos, personales o de partido, además de entregar indebidas cuotas de soberanía, no tomaron las medidas correctoras que hubieran evitado el crecimiento de este cáncer.
Malo es que empiecen las dudas; algo muy malo podría ocurrir si el señor presidente del gobierno, como Mortadelo, se disfraza del "gallego de la escalera", del que nunca se llega a saber si sube o si baja; cuando lo que debería hacer, lo tiene a mano, es envolverse en la Constitución y obrar con rectitud y coraje al mandato estricto de la Ley.
Es muchas y muy buenas mentes, las que opinan que si se hubieran hecho cumplir todas las sentencias del Tribunal Supremo a su tiempo y también a su tiempo el artículo 155, se habría eludido en gran parte este gran problema. Da la sensación, cada día más grande, porque nadie vemos que esté en marcha el comienzo de la solución.
La enfermedad se introduce con facilidad y crece a mayor velocidad cuando más débil es el cuerpo.
El secesionismo se ha enchulecido cuando ha visto la debilidad en la cara de los políticos constitucionalistas, que dicen los memos, como concediéndoles un diploma. Un buen par de cojones colgando en el frontispicio del Congreso de los Diputados
-entre DE y LOS-, seguro que a esos independentistas de mierda, les tendrían más a raya que los dos leones de la puerta. Tampoco nos vendrían mal que de igual manera, dos parejas de buenos cojones, colgasen en, al menos, dos frontispicios más (en esos que todos pensamos, y no decimos), un par en cada uno de ellos.
Ahora son las 4,35 de la tarde y el Gerardo Piqué,
sigue demostrando su indignidad, ensuciando a la selección española con su presencia. ¿Será por la pasta?.
Eloy R. Mirayo.
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