Lo que le pueda pasar al PSOE, que no sea su desaparición, me importa nada; pero, por el deseo maligno de regocijarme en su desgracia, hoy les voy a tocar las narices a las gentes de Ferraz.
Buscar las razones por la que el PSOE camina de descalabro en descalabro,
no es tarea que los socialistas de cargo y salario, por mucho que se empeñen, vayan a encontrar fuera de su ámbito.
Una de las razones, quizás la más importante, aunque este difuminada, casi imperceptible, es que un partido salido del movimiento obrero, jamás debería llegar a ser empresario que, al fin y a la postre eso es lo que son los gobiernos.
No es posible que los representantes de aquellos obreros que sintiéndose explotados y absolutamente desprotegidos, decidieron unirse para luchar por sus derechos, afrontando toda clase de penalidades y miserias; ahora quienes se dicen herederos, vestidos de "Gorgio Armani";
calzados por "Berluti";
bien comidos y bien bebidos; y motorizados de "alta gama";
tan elegantes y cómodos, elevados a esas altísimas responsabilidades gubernativas; emboscados en un partido político que presume de socialista, tomen decisiones que erosionan con gravedad derechos adquiridos, tan importantes como el derecho al trabajo, y el derecho a percibir un sueldo justo como compensación a su esfuerzo.
Este principio es el que tienen tan difuminado que quienes han sido, y los que aún siguen siendo socialistas de a pie, no son capaces de reconocer.
¿Hay alguien que entre estos socialistas; comunistas; ugetistas o, en sus "primos" de CCOO, ¡representantes obreros! reconozca al líder obrero irlandés, John Doherty o al escocés James Connelly?.
Claro que no. No hace muchos meses la UGT, acogiéndose a las normas establecidas para que las empresas "no sufran", en cuanto a las indemnizaciones por despido, echó a varios de sus trabajadores, y los readmitió a continuación, con sueldos más bajos, pero con las mismas horas de trabajo.
Fuera de todo esto, el mal que acontece al PSOE, es el mismo mal que afecta al país, la falta de inteligencia en sus "élites".
Los socialistas, contra Franco, se prepararon mejor;
los "chicos y chicas de la tortilla" que acompañaron a "Isidoro" Felipe González, estaban algo más surtidos de inteligencia que la patulea sociata que les ha ido sucediendo desde entonces y los resultados están ahí:
Javier Fernández, presidente de la gestora que provisionalmente rige el PSOE, como Diógenes
anda el hombre en el empeño desesperado de encontrar -vellocino de oro-
a quien sepa y pueda reconstruir al Partido Socialista (los cubanos huidos del "castrismo" al cubalibre -bebida- le decían mentirita") de este país.
Lo tiene en chino porque... Inteligente y socialista... ¡No jodas tío!
Eloy R. Mirayo.
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