"La policía registra el domicilio y todas las empresas de Oleguer Pujol"
Los Pujoleone: FOTO DE FAMILIA Jordi Pujol, con su esposa Marta Ferrusola y sus siete hijos, de i. a d: Mireia, Oriol (ojos cerrados), Marta, Josep (camisa azul), Oleguer (el más pequeño), Jordi (con corbata) y Pere.
La foto bien podría valer como uno de esos pasquines de busca de, PRESUNTOS BANDOLEROS que todos hemos podido ver en las películas del Oeste.
Franco sabia perfectamente cuando encarceló a "Padrino Pujoleone", que esa debería ser a perpetuidad su residencia. Al gallego no se le iba una, y tuvo que ser con la llegada de la Democaca, y la imbecilidad de quienes llegaron a la altura gubernativa que no les correspondía, por sus escasos valores humanos y nula capacidad intelectual.
¿En alguna de estas nueve criaturas hay siquiera un granito de decencia, de honestidad, de respeto, de patriotismo, de lealtad? Esas cosas "ahora no toca". Ahora, si en este país hubiera justicia y quien la impartiera, y no el sucedáneo al uso, lo que debería tocar sería encerrarles a los nueve en un lóbrego lugar; en un presidio inhóspito y aislado de toda cercanía humana, donde después de recuperar lo que pueda ser recuperado de lo malamente adquirido o -presuntamente- robado, jamás pudieran gozar de lo que presuntamente tienen escondido.
Mientras los Pujol se enriquecían, vaya usted a saber como, en Cataluña, desde el primer trimestre de 2010, el paro a aumentado un 340%, llegando la cifra a más de 840.000 personas que, con gobiernos más decentes de los que presidió el "osito panda", seguro que serian algunos cientos de miles menos.
El sistema nació -como no puede ser de otra manera-, viciado por exceso de "viciosos", que como las moscas a la mierda, vinieron a posarse sobre la herencia que, sin ningún mérito o sacrificio se les vino a sus pecadoras manos.
Como el tiempo nos ha venido a dar la razón, los herederos, gentes de baja estofa, se la repartieron, y el más ¿golfo?, terminó por apropiarse de Cataluña, a la que se ha pasado 23 años ordeñando, hasta dejarla prácticamente seca, como la vaca Marela.
Buena simiente la del "pavo butifarrero"; le han nacido siete "artistas" con la lección bien aprendida; tan aprendida que en ná, se han doctorado, dejando en mantillas al cabeza del clan. Ese es el sueño de los padres; tanto Jordi Pujol, como yo, hemos tenido (yo, la suerte; el la FORTUNA) de que nuestros hijos continúen con el negocio familiar.
Pero, ni a mi mujer, ni a mis hijos, ni a mi, nos tiene enfilados la Justicia.
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