La responsabilidad de la desigualdad que separa a los países ricos de los países pobres, no puede ser asumida únicamente por los países del sur de Europa; por la totalidad de los españoles y de los italianos.
España, y no creo que Italia este mejor, no esta en condiciones de asumir la migración de cientos de miles de personas a las que en sus países de origen no les es posible alcanzar un mínimo para subsistir. La apertura de fronteras por nuestro ingreso en la UE ya, obligatoriamente, nos hizo aceptar la llegada de una gran cantidad de personas emigradas de los países que estuvieron secuestrados por el comunismo soviético, tras el tristemente famoso "Telón de Acero". Para un país que, por la incompetencia de sus dirigentes, se ve sumergido en una crisis económica que ha puesto al borde de la pobreza a toda su población (menos la clase política y demás sinvergüenzas que pululan por sus alrededores), es un una contingencia inasumible que, con la continua llegada en embarcaciones de todo tipo o saltando las vallas fronterizas, entran por nuestras provincias africanas.
Claro que da dolor de corazón ver a esa pobre gente que es capaz de poner en alto riesgo su vida, con la esperanza de llegar a un lugar mejor; y claro que duele el corazón cuando te enteras que a muchas de esas pobres criaturas que, inmisericordemente, se les devuelve inmediatamente a territorio marroquí.
Yo me niego a valorar si el Gobierno de España, de esa manera, hace bien o hace mal; si es humano o inhumano su proceder. Pero si tengo la absoluta seguridad, sin que sirva de precedente, que el gobierno español hace lo que debe hacer, sin, repito, valorar sus métodos. Y también tengo la absoluta seguridad de que quienes no cumplen con su obligación son, aquellas personas que desde instituciones dependientes económicamente del erario publico (ONG y partidos de izquierdas), intentando hacernos creer que les importa el sufrimiento humano de aquellas pobres gentes, critican duramente al Gobierno y a sus fuerzas y cuerpos que defienden nuestro territorio.
Quiero pensar, pues no tengo un conocimiento directo, que alguna de esas ONGs españolas, se parte el pecho en beneficio de las personas que en África, Asia y Sudamérica, sufren y mueren de hambre ¡Olé sus cojones y sus ovarios! Es de esperar que Dios se lo tenga en cuenta, aunque creo que quienes no se lo van a agradecer, son quienes aquí, en muchas ciudades y pueblos, compatriotas nuestros, como los que mueren de hambre allende nuestras fronteras, no es una exageración, también mueren del mismo diagnóstico.
Algo que debería ser estudiado por las autoridades competentes es el tránsito de los euros, a partir del reparto que se hace entre las distintas ONGs. Las personas a quienes se nos saca el dinero para ese menester, se nos debía de explicar, al céntimo, a través de la prensa, que suma se entrega por la administración, y cuanto de esos dineros llegan para paliar esas extremas necesidades.
Quizás de esa manera nos enteraríamos de cuantos viajes, cuantos coches, cuantos pisos, cuantas comilonas, cuantos trajes y vestidos caros y cuantas juergas de todo tipo, se ha pagado con el hambre de los "negritos" "chinitos" y "panchitos". Desgraciadamente son multitud quienes han convertido la caridad, en una bien pagada profesión. Y ¡aún se ataca a la Iglesia!
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