viernes, 17 de enero de 2014

EL PARLAMENTO CATALÁN EXIGE LA POTESTAD PARA DESTRUIR ESPAÑA.


No es el Parlamento Catalán quien en estos momentos pueda cargarse la unidad de España; la unidad nacional ya habían empezado a descoserla aquellos hijos de madres trabajadoras de la industria más antigua que se estableció en el Mundo, cuando perpetraron el advenimiento de las autonomías. Fue entonces; lo de ahora es la consecuencia lógica y normal, cuando las "cosas de comer" caen en manos de un conjunto de imbéciles, y el jefe de cocina se vende barato, para vivir plácidamente una vida de folleteo y cachondeo en sus múltiples formatos.

Y no se nos hizo caso; lo dijimos y, en la medida de nuestras escasas fuerzas, luchamos cuanto pudimos. ¿Vale? Ahora, empiezan a escucharse voces que antes, en la confortabilidad del PP, no se les sentía ni resollar. Es igual, no soy rencoroso y, si es verdad que se batirán por la unidad de mí patria, me tendrán en su  cercanía.

Las consecuencias de esa absurda partición territorial, adquieren las proporciones que han alcanzado, por el interés personal, como hemos dicho en anteriores intervenciones, de unos cuantos sinvergüenzas que "compraron" el Poder, y pagaron con el legitimo interés de los españoles. Suárez; González; Aznar y Zapatero, cada uno en su momento, fueron creando como insensatos discípulos del doctor Frankenstein, al asqueroso monstruito de la "estelada".
¿Será capaz Mariano Rajoy de aplicarle la eutanasia al monstruito estelado?



La actitud de la avestruz de meter la cabeza en un agujero y esperar, aunque sea con un ojo abierto, a que escampe el temporal, con la que este presidente del Gobierno encara los problemas, es como comprar un billete de avión cuando este ya ha levantado el vuelo. Al toro hay que agarrarle por los cuernos (agarrándole del rabo lo que se consigue es mancharse de caca) y hacer que muerda el polvo (no que lo eche); y, desde esa posición, demostrarle quien es quien manda. A los separatistas catalanes, vascos, canarios o gallegos hay que demostrarles que en esta "piel de toro" no cabe más país que España. ¡Y se acabó la discusión! 

Y la cárcel de Carabanchel cerrada...

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