lunes, 17 de junio de 2013

“PIVONES”.

Realizando el cambio de actitud que prometí, hoy he abierto el periódico por la página de CONTACTOS, la de este número es la 58, mucho menos sugerente que la 69 de la del otro día.

Vamos a ver… si, aquí aparece una puta que se hace llamar Cleopatra que con enorme amabilidad, no como el insufrible señor Montoro, nos invita a descubrir los muchos secretos que tiene aún por descubrir. Muy bien; a mí me parece de perlas que esta señorita, cortesana de profesión, sea más transparente en sus actuaciones profesionales de lo que fue el señor X, jefe supremo de la partida de asesinos que cometieron sus crímenes a la vera del ministerio del interior que encabezaba el ex falangista señor Barrionuevo y del que era su mano izquierda, el señor Vera, otro ex falangista. La meretriz Cleopatra se muestra tal como es, desnudita; sin trampa ni cartón, no como el cobarde que desde el cargo máximo de responsabilidad en los asesinatos, no tuvo la gallardía de declararse primer responsable. Ahora, chupando “pasta” del riquísimo mexicano, se las va dando por todo el perro mundo, de Gran Hombre de Estado. Al macho de la cabra, según el diccionario oficial de nuestro maravilloso idioma, se le llama CABRÓN.

Señalo a esos dos asesinos como ex falangistas, de la misma manera que diría ex decente al Papa Francisco, en el caso, yo diría que imposible, de que un día entrase a robar en un banco. No es un baldón para Falange, sino un excesivo e inmerecido honor para esos asquerosos delincuentes.

Siguiendo la nutrida lista –el señor Pedro J. Ramírez, como los clásicos “protectores”, también saca beneficio de las prostitutas-, ya en la página 59 (este numerito no viene en el Kamasutra) nos encontramos con un recuadro en el que se nos dice que allí, hay “pivones”. No sé si a vosotros, pero a mí este anuncio tan provocativo me recuerda la foto que se hicieron, todas tan bien vestidas, las ministras del primer gobierno del inútil de Zapatero. No es exageración, todas, incluyendo a la señora María Teresa Fernández de la Vega, daban el caché de “pivones”. Todas tan peripuestas, en pose, parecía que estuvieran esperado el clásico aviso o llamada de la Madame: “Niñas, al Salón.

Esta otra proposición sí que nos viene que ni pintada: “Hoy te espero en lencería”. Es lo que en estos momentos hace juego con la mayoría de los españoles, ya que entre unos, otros y todos los demás, nos han dejado en bragas. “El lugar de tus fantasías”. La Fantasía es el único lugar que nos queda; el único espacio libre que nos queda, donde no debemos dejar entrar a los políticos.

Las putas en la antigüedad eran tan necesarias como los arcos y las flechas, las escalas, las lanzas, los físicos o los cocineros. ¿De qué otra manera podría ser que duraran tantos años las guerras? La castidad duradera en seres normales, sin ningún tipo de vocación, me aseguró un viejo filósofo amigo, les enfría el ardor bélico de la misma forma que les reaviva el sexual. Los legionarios dicen que se muere de mejor talante después de un buen polvo –pido perdón por la grosería pero, es que me parece menos rotundo y hasta un tanto cursi decir, una magnifica eyaculación o un magnifico orgasmo-. Un guerrero satisfecho sexualmente el día anterior y esperanzado en encontrar a una buena puta en su yacija el día siguiente, en el campo de batalla como enemigo, es para tenerle muchísimo respeto.

Alejandro, el grande, a sus numerosas batallas siempre se llevaba sus putas y a sus putos -el hombre hacia a pelo y a lana- pero jamás se llevó a un solo político. Existe una enjundiosa máxima que dice: “Más vale tener diez hijas putas, que un hijo canónigo”. Conclusión final: es mejor ser honrado por diez hijas putas, que deshonrado por un hijo político.

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