... fábricas de saneamientos, empresas de electricidad; la estela que irá dejando tantos cierres, será quien vaya creando una legión cada día más nutrida de parados que, con rapidez inusitada, empezará siendo de cientos de miles de parados, para convertirse en varios millones de personas desesperadas que ven, impotentes, como desaparece el esfuerzo de muchos años de trabajo, al tiempo que el hambre les ataca a él/ella y a su familia. Los polígonos industriales que fueron puntos de creación de riqueza, se van convirtiendo en una sucesión de edificios fantasmagóricos, en los que solamente entran las ratas, para comer los restos de un pasado aparentemente fue mejor.
Los bancos –el orondo banquero de la gorrilla roja de Ferrari y sus colegas- cierran el grifo de los créditos y, como consecuencia lógica, nadie paga a nadie y, todo aquello que se pagaría a larguiiiiiisimo plazo, es exigido a quienes han perdido sus empleos, que lo abonen a la mayor inmediatez, por haberse retrasado en unos pocos meses; el dinero que el gorrilla roja de Ferrari y sus colegas, en situación tan ruinosa, agrandan su patrimonio; se hacen mucho más ricos, en contubernio con los individuos que forman en el primer punto, aunque en vez de papel moneda, la enorme parva la recojan en pisos, chalets, terrenos y locales comerciales que fueron sedes de muchos tipos de negocios que, a su momento, los pondrán de nuevo a la venta, a ser pagados, por quienes volverán a trabajar para ellos, en larguísimos plazos. La versión del Mercader de Venecia, con la novedad de que estos mercaderes, como los vampiros, prefieren la sangre, pues la pueden obtener de sus acreedores sin necesidad de separar del resto del cuerpo un simple gramo de carne.
Una vez conjuras las dos partes del plan; el descontento –cabreo en idioma llano- es el único sentimiento de toda la sociedad; ello es seguido por todos, sin discriminación de ninguna clase, como ordena la Constitución, que para el asunto en trámite está creada. Todo el personal está jodido –no jodiendo, que sería buena cosa-: los jóvenes, sin posibilidad de crearse honradamente un futuro con su trabajo; los de edad intermedia porque laboralmente están desclasificados; y los que ya tienen la fecha de caducidad en la espalda, como los productos perecederos de alimentación, con las pensiones congeladas o “retranqueadas” de forma espectacular.
¡Sí! Aún se puede echar más leña al fuego –“más madera que es la guerra” dijo Groucho Marx- para lograr que la olla adquiera tanta presión, que llegue a explotar. Los servicios imprescindibles: justicia, sanidad, enseñanza y transporte ¡leña al mono! ¡Qué se chinche el pueblo llano! Los ineptos del primer punto; los que han llegado a ser maestros en las Malas Artes, para demostrar su buena disposición, con la convocatoria de huelgas, pondrían más leña en el fuego bajo la olla y… ¡¡¡PUM MMM!!! A la sociedad escaldada, después de haber sido defraudada; oprimida; vejada; ultrajada; asesinada; robada; estafada; expoliada; chantajeada; abandonada; desprotegida; y ridiculizada, no le queda otro camino por recorrer que aquel que le lleva hasta la cota donde reside el señor Golpe de Estado y, pedirle a Dios el milagro, que sea para bien.
Lo que no esperaría esa desgraciada sociedad es que, pasado el tiempo, volverían sus desgracias porque, de nuevo, aparecerían los ineptos a morar en las sedes de los distintos gobiernos, para repetir la “jugada”. El orondo personaje de la gorrilla roja de Ferrari y sus colegas, no habrían de volver, ya que esa “gente”, no se marcha jamás.
Los bancos –el orondo banquero de la gorrilla roja de Ferrari y sus colegas- cierran el grifo de los créditos y, como consecuencia lógica, nadie paga a nadie y, todo aquello que se pagaría a larguiiiiiisimo plazo, es exigido a quienes han perdido sus empleos, que lo abonen a la mayor inmediatez, por haberse retrasado en unos pocos meses; el dinero que el gorrilla roja de Ferrari y sus colegas, en situación tan ruinosa, agrandan su patrimonio; se hacen mucho más ricos, en contubernio con los individuos que forman en el primer punto, aunque en vez de papel moneda, la enorme parva la recojan en pisos, chalets, terrenos y locales comerciales que fueron sedes de muchos tipos de negocios que, a su momento, los pondrán de nuevo a la venta, a ser pagados, por quienes volverán a trabajar para ellos, en larguísimos plazos. La versión del Mercader de Venecia, con la novedad de que estos mercaderes, como los vampiros, prefieren la sangre, pues la pueden obtener de sus acreedores sin necesidad de separar del resto del cuerpo un simple gramo de carne.
Una vez conjuras las dos partes del plan; el descontento –cabreo en idioma llano- es el único sentimiento de toda la sociedad; ello es seguido por todos, sin discriminación de ninguna clase, como ordena la Constitución, que para el asunto en trámite está creada. Todo el personal está jodido –no jodiendo, que sería buena cosa-: los jóvenes, sin posibilidad de crearse honradamente un futuro con su trabajo; los de edad intermedia porque laboralmente están desclasificados; y los que ya tienen la fecha de caducidad en la espalda, como los productos perecederos de alimentación, con las pensiones congeladas o “retranqueadas” de forma espectacular.
¡Sí! Aún se puede echar más leña al fuego –“más madera que es la guerra” dijo Groucho Marx- para lograr que la olla adquiera tanta presión, que llegue a explotar. Los servicios imprescindibles: justicia, sanidad, enseñanza y transporte ¡leña al mono! ¡Qué se chinche el pueblo llano! Los ineptos del primer punto; los que han llegado a ser maestros en las Malas Artes, para demostrar su buena disposición, con la convocatoria de huelgas, pondrían más leña en el fuego bajo la olla y… ¡¡¡PUM MMM!!! A la sociedad escaldada, después de haber sido defraudada; oprimida; vejada; ultrajada; asesinada; robada; estafada; expoliada; chantajeada; abandonada; desprotegida; y ridiculizada, no le queda otro camino por recorrer que aquel que le lleva hasta la cota donde reside el señor Golpe de Estado y, pedirle a Dios el milagro, que sea para bien.
Lo que no esperaría esa desgraciada sociedad es que, pasado el tiempo, volverían sus desgracias porque, de nuevo, aparecerían los ineptos a morar en las sedes de los distintos gobiernos, para repetir la “jugada”. El orondo personaje de la gorrilla roja de Ferrari y sus colegas, no habrían de volver, ya que esa “gente”, no se marcha jamás.
* * *
Un preocupado recuerdo por mis camaradas argentinos que han sufrido dañinas inundaciones. Espero y deseo, apreciado Marcos, que vosotros no hayáis padecido ningún daño físico o patrimonial. Rogaré a Dios por Argentina; por vosotros y por todos los argentinos/as. Un fuerte y afligido abrazo.
3 comentarios:
Por mucho menos empezamos una Guerra Civil, la última y la que inaguró el periodo de paz más largo de la Historia de España... Veremos a ver por donde nos salen los tiros... Nunca mejor dicho.
Un saludazo.
Gracias Eloy por tu asistencia a mi presentación. Quiero trasladarte desde aquí las gracias de mi mujer por tu excelente compañía durante el acto. Escuetamente gracias
Estimado Amigo :mucho agradezco tu preocupacion.Yo vivo a unos 300 Km del problema,pero hay amigos afectados,aunque estan vivos,gracias a Dios.Muchos años de politicos corruptos ,mas habiles para llenarse el bolsillo que para hacer obras,sumado a unas lluvias nunca vistas,han hecho que mi Patria viva esta desgracia.
Te estoy debiendo un correo a la brevedad. Te cuento tambien de mi envidia ,porque leo que has podido ir a la presentacion del libro de Alvaro Romero Ferreiro,al que mande mi saludo en su momento.Ese libro como tantos otros interesantes,ya no los podemos comprar en Argentina, porque nuestro "democratico" gobierno no lo permite para no sacar divisas del pais (¿?).
Te mando un fuerte abrazo y como siempre ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡
criollo y andaluz
Publicar un comentario