Me reafirmo en la opinión: cuanto más inteligente aparenta alguien que aparece en el panorama políticocultural patrio con vitola de intelectual, mayor es su capacidad de decir estupideces e irrealidades; son de tal calibre y trascendencia que, posiblemente, no se le ocurriría a alguien de escasa preparación cultural, como yo mismo, en análogas circunstancias. Algunas veces llego a pensar que estoy equivocado y que quizá no sean estupideces involuntarias, sino que la persona en cuestión –el lumbrera-, piensa que está hablando o escribiendo, para una legión de estúpidos; manada de iletrados sin capacidad de asimilar lo que se les está diciendo y, por ello, al no dar la menor importancia al auditorio a quien habla, o a los lectores para quien ha escrito, no tiene reparo en engordar inexactitudes (estupideces), como si fueran mandamientos infalibles de la santa Democracia.
En el diario El Mundo, en la sección “Otras Voces”, el pasado viernes, fue publicado un largo y tedioso artículo firmado al alimón, por los señores, don Francisco Sosa Wagner y por doña Mercedes Fuentes. Bien, como no puede saberse a quién de los dos se le ha ocurrido cada párrafo de lo allí expuesto, no tengo otra que hacerles responsables a los dos en el mismo grado de culpabilidad.
El comienzo del artículo se juzga por sí mismo: “Comentar un anteproyecto de ley es arriesgado al estar todavía falto de la maduración que ha de prestarle la opinión de órganos como el Consejo de Estado…” ¡Cono no va a ser arriesgado! Lo que hacen estas dos criaturas es como empezar a mojar pan en el plato antes de ponerles lo huevos fritos. Un anteproyecto de ley salido de estas Cortes, es como la señora Fernández de la Vega, antes, y después de salir del quirófano del cirujano de estética. No sale como Ava Gardner pero… en fin. El anteproyecto con el que se arriesgan, la señora y el caballero es sobre la modernización de las Administraciones Locales. Pues, para decir que los puestos en esas administraciones deben ser ocupados por personas que hayan demostrado en examen, su capacidad, y no los enchufados a los que hay costumbre, me han hecho tragar casi una columna entera, llena de soplaflauteces sin chicha ni limoná.
Más abajo, les asalta la preocupación por las consecuencias de los recortes y supresiones de los sueldos de los políticos: “Con todo veremos qué efectos tiene en el sistema democrático la supresión de sueldos a concejales porque se puede estar destruyendo la leva de políticos nuevos que han de empezar justamente en puestos modestos de sus ayuntamientos para ir adquiriendo experiencia en la gestión de los asuntos de interés general”. Ahí está el guindo desde donde se han caído Mercedes y Francisco. En primer lugar, ellos deben saber que muy pocos concejales, casi ninguno, llegan a puestos de la POLÍTICA, pues, como se paga muy bien esas concejalías (las de Casarubios, Toledo, más de 2.000 euros al mes) no tienen necesidad de salir de sus pueblos, salvo los que se van huyendo de asuntos nada claros como le ocurre, entre otros, a Tomás Gómez. Lo clásico, como dijo el socialista Francisco Vázquez, es que la cantera de los partidos, este formada por gente, desecho de tienta de las universidades o institutos, con las primeras letras recién aprendidas, nada de lujos intelectuales, que como sabandijas van escalando puestos en la organización, unas veces tirando de las levitas de los muy instalados y otras sirviéndoles de felpudos; dejándose usar como chico/a de los peores recados (levanta bulos dañinos para otros conmilitones).
A la pareja mixta que firma el artículo les parece bien, aunque dificultosa, la supresión, aunque no generalizada, de los ayuntamientos. Es lo bueno que tiene esta Democracia: primero crea los problemas (autonomía municipal para cuanto les de la real gana, la territorial, entre otras graves) y, después, los sigue creando.
En el diario El Mundo, en la sección “Otras Voces”, el pasado viernes, fue publicado un largo y tedioso artículo firmado al alimón, por los señores, don Francisco Sosa Wagner y por doña Mercedes Fuentes. Bien, como no puede saberse a quién de los dos se le ha ocurrido cada párrafo de lo allí expuesto, no tengo otra que hacerles responsables a los dos en el mismo grado de culpabilidad.
El comienzo del artículo se juzga por sí mismo: “Comentar un anteproyecto de ley es arriesgado al estar todavía falto de la maduración que ha de prestarle la opinión de órganos como el Consejo de Estado…” ¡Cono no va a ser arriesgado! Lo que hacen estas dos criaturas es como empezar a mojar pan en el plato antes de ponerles lo huevos fritos. Un anteproyecto de ley salido de estas Cortes, es como la señora Fernández de la Vega, antes, y después de salir del quirófano del cirujano de estética. No sale como Ava Gardner pero… en fin. El anteproyecto con el que se arriesgan, la señora y el caballero es sobre la modernización de las Administraciones Locales. Pues, para decir que los puestos en esas administraciones deben ser ocupados por personas que hayan demostrado en examen, su capacidad, y no los enchufados a los que hay costumbre, me han hecho tragar casi una columna entera, llena de soplaflauteces sin chicha ni limoná.
Más abajo, les asalta la preocupación por las consecuencias de los recortes y supresiones de los sueldos de los políticos: “Con todo veremos qué efectos tiene en el sistema democrático la supresión de sueldos a concejales porque se puede estar destruyendo la leva de políticos nuevos que han de empezar justamente en puestos modestos de sus ayuntamientos para ir adquiriendo experiencia en la gestión de los asuntos de interés general”. Ahí está el guindo desde donde se han caído Mercedes y Francisco. En primer lugar, ellos deben saber que muy pocos concejales, casi ninguno, llegan a puestos de la POLÍTICA, pues, como se paga muy bien esas concejalías (las de Casarubios, Toledo, más de 2.000 euros al mes) no tienen necesidad de salir de sus pueblos, salvo los que se van huyendo de asuntos nada claros como le ocurre, entre otros, a Tomás Gómez. Lo clásico, como dijo el socialista Francisco Vázquez, es que la cantera de los partidos, este formada por gente, desecho de tienta de las universidades o institutos, con las primeras letras recién aprendidas, nada de lujos intelectuales, que como sabandijas van escalando puestos en la organización, unas veces tirando de las levitas de los muy instalados y otras sirviéndoles de felpudos; dejándose usar como chico/a de los peores recados (levanta bulos dañinos para otros conmilitones).
A la pareja mixta que firma el artículo les parece bien, aunque dificultosa, la supresión, aunque no generalizada, de los ayuntamientos. Es lo bueno que tiene esta Democracia: primero crea los problemas (autonomía municipal para cuanto les de la real gana, la territorial, entre otras graves) y, después, los sigue creando.
1 comentario:
Sin duda, de todo hay en la viña del Señor, si bien en la viña Española parece haber únicamente idiotas, a cada cual más enérgumeno que el anterior. Excelente artículo.
Un saludazo.
P.D. Me he hecho seguidor de tu blog y he incluido el mismo en mi lista. Te dejo mi dirección por si tienes a bien incluirme en tu lista de bitácoras.
http://cspeinado.blogspot.com
Muchas Gracias.
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