viernes, 2 de marzo de 2012

UN CLAVO AL ROJO VIVO.


Los sindicatos españoles, el chollo de los señores Méndez y Toxo para vivir sin dar un palo al aire, han decidido salir de picnic el día 11 de marzo.

Es necesario haber alcanzado un elevado grado de hijoputismo, para usar ese día en tal cachupinada y, para más delito, no se les ocurre nada mejor que decir que saldrán ese día como homenaje a las víctimas de aquel luctuoso y malhadado día 11-M de 2004 y, cuando estas rechazan la grosera invitación, entonces un inútil de la dirección de UGT, con futuro de cabrón, si no lo es en el presente, va y dice que el homenaje es solamente para las víctimas trabajadoras que iban en los trenes.

El revoltijo rojo no sabe que hacer para salir del hoyo en el que han caído; sin credibilidad; sin recursos; sin discurso; sin inteligencia y sin capacidad de reacción, se agarran a cualquier clavo, aunque este al rojo vivo, para salir en los medios y, de esa manera, desmentir, sin éxito, su descalabrada situación. Y, así, dando tumbos como un boxeador noqueado, intentan acercarse a quienes no devalúan su dignidad, ni la dignidad de sus muertos, aceptando ser compañía de semejante tropilla de modernos bucaneros; se agarra a una gran falsedad, y a un falsario, el “estudiante” Ordoñez, para crear de manera artificial un descontento que, si fuera cierto, sería contra el anterior Gobierno, verdadero responsable de la situación desesperada en que ha caído la casi totalidad de los españoles. 

Y, ante esta situación ruinosa en que se hallan,  de la que no encuentran solución inteligente, faltaría más, han decidido volver a los viejos modos: salir a la calle; tomarla violentamente; incomodar a la sociedad, haciéndole difícil su día a día; acosar a la industria, al comercio, a la banca, a la Iglesia, a los otros políticos y, si todo ello no da el fruto deseado, siempre tienen a mano el recurso del muerto útil, el que les sirve para justificar la extrema violencia que estas gentes llevan en los genes; el odio, en vez de sangre, que les fluye por las venas, llenándoles la oquedad cerebral de su única “virtud”: maldad.

Maldad, que les lleva a intentar mezclar a las victimas del 11-M, después de haber estado ocho años sin acordarse para nada de ellas, en una marcha contra las medidas de ajuste que ha tomado el Gobierno, de las que dicen que recortan los derechos adquiridos por los trabajadores pero, que es una mentira de tremendas dimensiones; a los capullos de UGT y CCOO, a las cúpulas, lo que de verdad están tratando con dicha marcheta es hacerle chantaje al Gobierno, para que vuelva atrás de su decisión de dar entrada a empresas privadas en los cursos de capacitación que hasta ahora se repartían con la patronal, y que les supone unos ingresos muy interesantes, tan interesantes que sin parte de ellos, no tendrán más remedio que despedir a parte de sus trabajadores.

Hubo una vez, hace unos cuantos años, que los alevines del rojerío de los que se juntaban en la plaza Del Dos de Mayo, amenazaron con tomar al asalto la Sede de Fuerza Nueva, en la calle Mejía Lequerica; pues bien, allí, estábamos esperándoles unos cuantos militantes; cuando bajando desde Tribunal, se fueron acercando a la que fue nuestra Sede; no fue necesario más que un amago de achuchón, para que salieran corriendo calle arriba, como alma que lleva el Diablo. Es muy probable que alguno de aquellos valientes no haya parado aun de correr y estén a punto de caer al mar. Ah, no se dio ni una mala bofetada; no fue necesario. ¿Hasta donde irían corriendo los “valientes” de Barcelona y Valencia si…?

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