He dejado pasar unos cuantos días para hablar, más bien escribir, sobre Asturias, esa hermosa esmeralda montada sobre el Cantábrico y engastada en los Picos de Europa que los españoles de bien queremos de una forma especial, por varios motivos, casi todos en torno a su belleza, pero el principal motivo, el más relevante, es la Reconquista de nuestra patria emprendida por el rey don Pelayo.
Ahora en Asturias bajan las aguas de la política, revueltas y sucias, con nefasta perspectiva para los asturianos que viven lejos de la política activa -la que disfruta magníficos sueldos- salidos de, en muchos casos, sus magros bolsillos. Posiblemente Asturias sea una de las provincias que peores vías de comunicación tiene con sus vecinos gallegos, cántabros y castellanos. No hace mucho viajé por aquella hermosa tierra y puedo dar fe de ello. Era necesario el cambio, después de haber gobernado el partido socialista. Don Francisco Álvarez Cascos se ofreció a Rajoy para encabezar las listas del PP en Asturias, porque sabía de primera mano que la provincial del PP, durante la legislatura, no había dado muestras de ser la indicada para decidir en esa responsabilidad. Las buenas intenciones de las personas, no siempre encuentran la comprensión de la “gente” – lo de gente lo digo en negativo-. A pesar de ello, el señor Cascos, con Foro Asturias, demostró a los soberbios mandos del PP lo profundamente que se habían confundido.
Particularmente a mi, este asunto, me la trae… me tiene al fresco, pero no dejo de reconocer que dado que en estos momentos no se puede aspirar a más, los asturianos y asturianas – no se vayan a enfadar las feminas- para salir del estado de degeneración económica en que se encuentra Asturias, necesitan una personalidad fuerte, respaldada por un partido fuerte e intelectualmente rico, que en estos momentos no es otro que el PP.
En los partidos políticos que se forman bajo la franquicia democrática, te puedes encontrar mucha gente, pero muy pocas personas. Y, eso es lo que en estos momentos pasa en el PP asturiano; y a esa gente es a la que en estos momentos como presidente de Asturias esta sufriendo don Francisco Álvarez Cascos; eso es, aumentado y corregido, lo que van a sufrir los asturianos, cuando después de las adelantadísimas elecciones, se rencuentren con los sinvergüenzas del PSOE, en comandita con los estúpidos del PP.
Desde hoy, por los asturianos, rezaré todas las noches a la Virgen de Covadonga, y de paso le rogaré que me invite a contemplarla en Su Santa Cueva. Amén
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