viernes, 3 de octubre de 2025

SIN DISCUSIÓN.

La cama, el sofá, el váter, entre otros muchos inventos, forman un trío de lo más necesario para el ser humano. Imprescindible diría yo, para los países del primer mundo, y alguno que otro más. Poder dormir sobre blandito sin piedra que se clave en los riñones; sentarse después de caminar posando el culo y la espalda sobre mullido; poder cag… -cagar parece muy basto ¿no? si; si, escribiré caquita que es más fino y delicado, y no peca de cursi- poder hacer caquita, si no se está estreñido, obviando componer para ello, la humillante forma de hacerlo en cuclillas.

Imaginemos que ahora, después de algún siglo utilizando esas tres alhajas, aquella mayoría de la población mundial que los ha utilizado… hasta con cariño, deciden darles “la patá charlot” y se van a dormir a la calle; a sentarse a descansar sobre la superficie de pedernal; a defecar al campo, con la mano o una piedra para limpiarse. Chungo ¿no?

Algo similar es lo que se viene haciendo en España con la natural inteligencia de los españoles -en precipitada e indiscriminada decadencia, desde aquel “glorioso día en el que se nos devolvió como regalo la libertad –como preludio de la que nos esta cayendo- que Franco nos tenía secuestrada” (lo he entrecomillado para no dar pie a la confusión). No es una infección que vaya infectando a través de la respiración o por los fluidos corporales, es más que eso, uniéndolas a las demás maneras conocidas de ser receptor-proyector. “El mal fluye desde los centros educativos, alcanzando mayor gravedad según va siendo más alto el escalón de la enseñanza. Los niños salen de la Educación Infantil, de 0 a 6 años apenas sabiendo hacer curvas y palotes. De la Secundaria, sin haber aprobado un solo curso. De igual manera, como quien dice, salen del Bachillerato y la Formación Profesional. De la Universidad, se acaban carreras de letras, saliendo del aula sin alcanzar el “exigido” nivel intelectual, y a lomos de infinitas faltas de ortografía. Pues esta pandemia es la responsable de que, a falta de algo peor, valga cualquiera para… ¿desempeñar? los más altos cargos, no solo de la política. 
Es que existen pruebas muy cercanas que no admiten la menor discusión. Los cerebros de diez mujeres adultas, las de “aquellos tiempos” pesándolos juntos sumarian 130 kilos. Entre los trece de los hombres adultos, los de “aquellos tiempos” sumarian 195 kilos. Miradlos bien. No os precipitéis ¿yaaa...? 

A ver: con la mano en el pecho. ¿Ahí hay alguien que se crea que entre esos 23 figuras de la foto se podrían cosechar 325 kilos de cerebro…? ¡Amos ya titi! Ni la mitad, coño, ni la mitad. Insisto, hablamos de kilos de cerebros, no de kilos de billetes de quinientos, 

de los que están descansando en la República Dominicana.
Eloy R. Mirayo.

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