No se puede inteligentemente tratar de llegar a encontrar explicación a la pasota actitud del Presidente del Gobierno de España, respecto a lo que está sucediendo en Afganistán, y a las consecuencias que de retruque nos pudieran afectar en un futuro próximo, disfrutando en su lugar de veraneo, en la encantadora isla canaria de Lanzarote, mientras fraulein Markel, monsieur Macron, Mister Boris Johnson, por ejemplo, se incorporaron a sus respectivos puestos de responsabilidad, interesándose en primera persona de como se iban realizando la repatriación de sus nacionales. Y ahora, el veraneante en "primera categoría", de gañote total, a cargo del bolsillo del contribuyente, una semana después de lo que obliga la decencia política del alto cargo que representa, nos amenaza a todos los españoles con volver mañana viernes, cuando "su labor", la tienen dominada quienes saben hacerlo.
No se puede inteligentemente tratar de encontrar explicación a la actitud del Presidente del
gobierno de España porque, en España, todos los españoles; en Europa, todos los
europeos; en EEUU, todos los Yankees; y en el resto del Mundo, todos sus
habitantes, tenemos y tienen perfectamente sabido que Pedro Sánchez es un
extraño producto del "reino animal",
ininteligible, torticero, trolero y absolutamente inexplicable en su
natural manera de pensar, de hablar y de proceder.
¿Qué explicación puede justificar, me decía mi abuela
Leonor, la presencia de un
"mojón", de agarrate y no te menees, como adorno en el mismísimo
centro de una riquísima ensaimada mayorquina, rellena de apetitosa crema o de
abundante "cabello de Ángel?. Pues... eso.
Es cierto que cuando alguien se esfuerza tenaz (como
diariamente comprobamos en los medios de información-deformada próximos y
afines al "Régimen Sanchicta" servilmente encorvados por el peso del
euro) en la búsqueda por hallar los
grandes beneficios de algo inexistente (lo que debería ser un buen gobernante
en un buen Gobierno) y al final,
sudorosos, descamisados y despeinados, casi siempre -dejemos espacio a la
probabilidad- encuentra o fabrica de
cosecha propia, un "algo" que, aunque deforme y maloliente, lo
presenta orgullosos, como si fueran el mismísimo Doctor Alexander Fleming
mostrando una dosis de su Penicilina, intentando -tarea imposible en este caso-
desvergonzadamente convencernos del éxito de su intento, apercibiéndonos de lo
agradecidos que los españoles debemos mostrarnos por ello.
Eso es lo que algunas personas, gente estudiosa y de buenos
instintos, que clavados los codos en la superficie de madera de sus pupitres,
llevan mas de tres años detrás de ello, tratando de desguazar pieza por pieza
el puzzle de toda su inexplicable personalidad, para ver si se encuentra en tan
infinita vaciedad, sentido beneficioso que justifique de alguna manera el
nacimiento de semejante espécimen humano.
Al mismo tiempo, intentando no perder comba en "el
duble", intentar llegar a alcanzar el descubrimiento del por qué y el para
qué de la inexplicable metamorfosis experimentada en su persona, física y
psíquica, pasar de la nada, hasta llegar, en su innato narcisismo candonguero y
hip hopniano, a consumar el
irrefrenable y caprichoso deseo -inexplicable, una vez evaluada su
capacidad intelectual- de presidir el Gobierno de España. Lo que no deja de ser
un hecho inexplicable, para todo quisqui, por haberlo conseguido juntando para
ello a una turbia tribu de mamones y mamonas de diferentes malas leches de
diferentes pezones, de diferentes ubres.
La insolvencia del ciudadano Sánchez; su dependencia, fruto
de su ignorancia, de lo que le soplen sus cientos de asesores, lo vuelve a
quedar fuera de toda duda por el irrefutable hecho de que su promesa -con olor
al defenestrado Iván Redondo- a bombo y platillos de tener al 70% de los
españoles con la pauta de vacunados completa a mediados de agosto, como otras
muchas cosas, no se ha cumplido. Y él, que de nada sabe ¡como iba a saberlo!.
Eloy R. Mirayo.
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