martes, 19 de junio de 2018

PARA SER BURRO NO ES NECESARIO ESTUDIAR.

Lo cierto es que cada día se me van reduciendo las cosas que me parecieron transcendentes en otros tiempos. Miro con buen ánimo y cuento; son solo unas pocas cosas que veo que me muevan el Alma. Por encima de cualquier otra cosa, mi mujer, mis hijos, el resto de mi familia más próxima; mis pocos, pero muy buenos amigos; y el negocio familiar, ya en manos de mis hijos.

Aparte de lo ya señalado no me siento atraído para defender nada; absolutamente nada porque, fuera de eso, no veo nada ni nadie más que me haga creer que hay otras instituciones, personas o cosas a las que yo pudiera ponerles la etiqueta de trascendentes en mi vida. 

Comprendo que mi autoaislamiento, no repercutirá ni positiva ni más negativamente de lo que está, en el devenir diario de este, cada instante más kafkiano, país.

Mi camarada Rafael Estremera, analizando la actualidad en la que estamos inmersos dice estar aburrido. 

Es normal; cualquier persona inteligente debería ser de su misma opinión: ¡este país aburre! Pero lo peor es que en lontananza, no existen en dirección de los cuatro Puntos Cardinales, 

naciones en las que sus nacionales disfruten de mejores condiciones. No existen en el Mundo países donde a los perros se les ate con ristras de chorizos (chorizos los hay; claro que los hay). 

Parece ser que alguien, desde sabe Dios que "Palacio", ha decidido abolir por sus ¡santos cojones! la inteligencia, la elegancia, el donaire, y hasta la gracia y el buen gusto, en las clases dirigentes; parva de negativa cosecha que toca trillar, a lomo propio, la ciudadanía. 

Hoy esas clases dirigentes son obtusas, ordinarias, insulsas, tristes y hasta horteras. Con un muy importante  apéndice de despóticas, y con grandes manchas delictivas. 

Cualquier ocupación profesional, desde la más exigente del intelecto, hasta la menos exigente para laborar en ello, necesita demostrar unas capacidades que queden garantizadas. No es así la lógica al uso en el caso de la Política. La realidad política actual nos explica que, como para ser burro no es necesario estudiar, para ser político, estudiar y alcanzar conocimientos no es necesario, en la mayoría de los casos, porque les alejaría de su naturaleza.

Un país inteligentemente gobernado, es el lugar en el que a todos, paisanos izquierdistas, centristas y derechistas nos gustaría volver a vivir. 

Porque un país gobernado por personas competentes, no está sujeto a chispazos populistas, sino al desarrollo de serios estudios para lograr avances y mejoras. Pura ciencia al servicio del bienestar general. Porque un país gobernado por la inteligencia, es un país sano, en el que las personas no están viviendo como nos está ocurriendo en la actualidad, en constante enfrentamiento ideológico. Porque un país gobernado por la ciencia, no excluye la alegría, pues es sabido y demostrable que un país alegre es un país feliz y fértil.

Porque un país gobernado con sabiduría, es a la vez respetuoso, justo y generoso.

Eloy R. Mirayo.




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