martes, 17 de abril de 2018

PAGAR CON SANGRE.

Con las fuerzas físicas aún tambaleantes, me propongo seguir con mi peregrinar por todas la capitales de las 50 provincias, rememorando lo vivido en cada una de ellas; me proporciona mucha alegría estar recordando -unas veces cerca y otras lejos en el tiempo- algo que me sucedió en un lugar, y pongo todo mi empeño, con los ojos cerrados, en  volverlos a vivir; algo que nunca me falla.

Hoy me levanté temprano para coger el AVE a Barcelona,

para continuar la lógica del mapa de mis visitas. Barcelona no se encasquilla, sino que continúa su caminar como una de las ciudades más hermosas y modernas -muy deseada por el turismo- de Europa.

Mi última visita a Barcelona no es muy reciente -tampoco lo es del siglo pasado- por eso hoy, me voy a dar un atracón de ciudad, caminándola hasta donde lleguen mis mermadas energías. No se... Me daré una vuelta por las ramblas y, aprovechando que aún están los puestos, comprare y pondré en el ojal una rosa bien roja.

Bonita ¿no? Pues como esa tengo otras cuatro. Me vuelve a impresionar ver la ciudad desde la montaña de Montjuic... Las fuentes creadas por Carlos Buigas; el Barrio Gótico. Salir por una puerta lateral y encontrarte entre esos edificios tan singulares es muy agradable, mucho; seguir caminando sin perderte una fachada; una esquina. También es muy agradable perder la cuenta de los propios pasos, perdiéndose uno por el Parque Güell; visitar ¿cómo no? el Puerto. ¿Quién es el despistado que se puede ir de Barcelona sin visitar a don Antonio Gaudí en su Sagrada Familia?

Si; yo voy al Parque de Atracciones del Tibidabo pero, como sufro de vértigo no monto en "los cacharritos". Pero no os voy explicar todo por lo que se debe venir a Barcelona; hay que dejar algo a la sorpresa, y las hay.

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Ayer la televisión nos sirvió un plato muy difícil de digerir.

Cada día es más peligrosa la vida en cualquier parte de este país, para las personas en general, pero con exageración inaceptable para las ancianas y ancianos, sin recursos físicos para repeler las agresiones inhumanas, como pudimos ver ayer en pantalla que ocurrió en Algeciras. ¿Tiene explicación que el hijo de puta usara de tanta bestialidad para quitarle el bolso a una débil anciana? ¿Intentó la señora agredir o defenderse atacando al hijo de puta, que pudiera justificar mínimamente sus golpes cargados de odio?. Claro que no. Esta clase de gentuza es el sudor del sistema.

Esto también ocurría con Franco, pero se tapaba. Ese es el latiguillo cabrón que justifica la ovejuna mansedumbre de una sociedad que funciona para el beneficio de unos pocos, y contra los derechos fundamentales de los ¡muchísimos!.

Este jodido sistema -o quizás quienes lo dirigen- está consiguiendo que la sociedad de este país, no tenga temple ni siquiera para exigir recibir por lo que le obligan a pagar.

Esa señora, y muchísimas personas más, ha pagado con su sangre las consecuencias de que la delincuencia se haya adueñado de la Paz y Seguridad que el Estado, el Gobierno, la Autonomía y el Ayuntamiento, tienen la obligación de proporcionarnos a todos, que para ello pagamos con nuestros exagerados impuestos. ¡Ah! Pero todos los cargos de esas instituciones, que jodidos, tiene decenas de miles de funcionarios policiales para su Servicio de Protección. Para ellos, ellas y sus más próximos familiares.
(¡¡Una mierda monda y lironda como la calva de Elorza!!).

La gran diferencia entre dos cosas se da cuando una existe y otra no ¿qué es lo que pudiera igualar? Nada. Hoy hay una permisibilidad tan exagerada, que lo difícil sería encontrar instrumentos para medir sus dimensiones. Todo está permitido o -agárrate un Güevo tío- no está tipificado.

Y lo peor de todo es que para llegar a dominar a la sociedad, han borrado la autoridad y se han "fumao como si fuera uno de sus  porros", hasta la última brizna del significado del Respeto.

Eloy R. Mirayo.

  

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