Es de dominio público que España es tierra de cazadores; lo que en principio fue una necesidad alimenticia, con los años y la evolución, se ha transformado en uno de los deporte con más practicantes. Por ese motivo, el gran número de escopetas, desde hace muchos años, las autoridades decidieron inteligentemente regular la práctica, con el buen fin de preservar las distintas especies de animales, animalillos y animalejos que parecen portar en su físico una diana, y que son actores imprescindibles, que sin la regulación, llegarían lamentablemente a desaparecer.
Por poner un ejemplo práctico, en Andalucía, la perdiz y otras cuantas aves, puede ser tiroteada (hay quienes llegan a acertarles) desde el día 24 de agosto, al 21 de septiembre (a partir de ese día 21-S, los únicos que pueden disparar son políticos, juristas y banqueros, como va siendo natural).
Podría seguir apuntando los distintos periodos de práctica cinegética, pero no es de eso de lo que quiero hablar, aunque si tenga en común el levantamiento de una veda, en este caso, el levantamiento de la veda de caza de las malas bestias de dos patas.
En todos los años que tengo -estaría dispuesto a regalar mas de una decena- solamente he dado muerte de un disparo a un pájaro y, fue tan negativa la sensación al escuchar el impacto, que desde ese día, jamás he usado la escopeta contra nada que tuviera vida.
Hice esa promesa ante mi, persona a quien no la podría engañar; pero, después de lo que he escuchado esta mañana, estaría dispuesto a saltarme a la torera la promesa tantos años respetada, si se levantara la veda del hijo de la gran puta, especie de animal bípedo, muy común en estos últimos cuarenta años, "anidador" tanto en el campo como en la cuidad, aunque resulta más dañino en su versión urbana.
Contaban hoy en la COPE, en el espacio de don Carlos Herrera, que alguien sintiéndose enfermo, podría no ser atendido en un centro de salud de la sanidad andaluza. ¿Por qué motivo? Cualquier europeo comunitario tiene adquirido el derecho a ser atendido sanitariamente, en el servicio sanitario de cualquiera de los países que conforman la Unión Europea. No sería europeo, cabría decir. ¡Premio al caballero! Exacto; la persona en cuestión, para quienes tienen la responsabilidad sanitaria en Andalucía, no ya extranjero, que con toda seguridad sería debidamente atendido, sino extraterrestre deberán entender que fuera, a pesar de sus rasgos de terrícolas europeos de su rostro y de expresarse perfectamente en el idioma español, para hacerse comprender. Claro que la persona desatendida podría ser de Burgos ¡como para hablar mal el castellano!.
Pero que pasa ¿hay alguien que se extraña? A esta clase de cabronadas es a donde nos está empujando este reino de taifas en el que han convertido a España; a esta clase de dislate, sentirse uno extranjero en su propia patria, es a donde nos están llevando tanto cabrón ascendido a cabronazo, sentado en poltrona oficial, recolectado, sabe Dios nuestro señor de qué burdel, de que casa "okupa", o de que clínica de desintoxicación de alucinógenos.
¡A quien se le ocurre! La próxima ocasión, si es que se le vuelve a presentar, esta persona burgalesa deberá aprender a ladrar porque, si logra convencer con sus ladridos de que es un perro, seguro que no encontrara dificultad para ser atendido.
¿Creéis en la posibilidad de que algún día se levante la veda del hijoputa? ¿Habrá que sacar licencia? ¿donde hay una armería?
Por Eloy R. Mirayo.
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